Kiss and make up [ Sujin ] [ Jinsu ] OxO

Diecinueve; ❝Dos flores❞

—Escúchame..., estuve mal, ¿sí? Y-yo..., siempre trato de no sobrepasarme en mis bromas —comenzó, pensando cuidadosamente lo que diría—. Hemos tenido esta dinámica por años, no estoy diciendo que sea lo correcto, pero ambos conocemos los límites. Cuando en casa te hicieron daño —Yoongi se recogió en sí, indefenso. Jin calló automáticamente. ''Sé suave, perro imbécil'' gritaba su omega—, n-no era eso lo que yo pretendía, ¿sabes? No quería que te lastimaran. Sólo que te castigaran quitándote tu teléfono o dándote una cachetada..., es lo que mamá haría conmigo —trató de argumentar torpe—. Yo no sabía que..., Namjoon nunca me mencionó que esa era la metodología de enseñanza o castigo que tenían en tu hogar. Por favor, discúlpame por eso; me sobrepasé y no me di cuenta hasta que fue demasiado tarde —y se calló. Yoongi no entendió por qué el silencio repentino. Sólo hasta que puso la mirada al frente fue que cayó en un hecho verdaderamente importante.

Jin acababa de reclinarse.

Se jodidamente RECLINÓ.

Se reclinó EN SERIO.

En noventa grados, quizá más. Sus manos, rígidas, acompañaban los bordes de sus muslos. Yoongi, anonadado, abrió la boca. ¿Qué era eso? ¿Otra broma?

—O-oye, levántat-

—¡Y por cómo me comporté! —por fin mostró el rostro, parándose recto y muy serio— Aunque tuviste la amabilidad de acapararme ese día..., yo fui descriteriado y asumí cosas que no iban al caso. Tú sólo intentabas ayudarme, ¡y yo pensé lo peor! Por favor, por favor perdóname. Perdona mi salvajismo y los golpes. Si te hace sentir mejor, puedes golpearme justo ahora y no me defenderé. Es lo mínimo, ¿no? Lo merezco —y se volvió a reclinar como un maldito lunático, como un perro echándose de espalda para ser acariciado y aplaudido. Parecía..., ¡parecía un idiota! El más gran imbécil. Pero..., un imbécil no odioso, uno que no estaba buscando golpes ni odio desmedido. Un imbécil..., un imbécil dulce. Para ese momento fue imposible que Yoongi contuviera las carcajadas, disipando cualquier pensamiento innecesario—. ¿Q-qué? —mullido, lo examinó con inseguridad. ¿Había hecho algo mal?, ¿era momento de que Min lo humillara? Ah, si lo hiciera; lo aceptaría como había prometido.

—¿Tanto costaba decir eso? —decidió hablar después de segundos de inquietante risa. Tranquilo, lo repasó con un fijo desvío en la mirada. Jin sintió un hormigueo en la pancita. No supo a qué acreditar ello. ¿Los nervios?— Una disculpa sincera vale más que eso, —señaló el caro regalo— que por cierto fue una pésima idea. Lo habría aceptado de no ser porque es algo privado entre tu novio y yo —elevó una ceja, divertido. Jin, abochornado, asintió con lentitud. ¿Esto de verdad estaba ocurriendo? Yoongi estaba hablándole como si fueran civilizados seres humanos manteniendo una conversación con sentido—. Está bien..., no hay nada por lo que debas inclinarte tanto. Aceptaré las disculpas —se encogió de hombros, recogiendo su enorme bolso y dando indicios de marcharse oficialmente cuando los segundos se estuvieron volviendo tediosos.

¿Qué?