Sesenta y nueve; ❝De vuelta❞

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—¿Ocurre algo?, ¿estás nervioso?, ¿querías verme? —interpeló con suma cautela, acercándose para tomar a su pareja de la cintura y plantarle un amoroso beso en los labios. Aquello no ocurrió, sin embargo. Jin se había hecho a un lado tan pronto dio indicios de mostrarse afectuoso— ¿Te pasa algo? —frunció el ceño, sintiendo el viento del mal augurio templando todo el paisaje.



—Los escuché —musitó, fraccionado en mil emociones distintas. Los ojos de Nam se abrieron de par en par, abrumados—. Yoongi..., lo escuché —y su voz se ahogó. ¿Qué se suponía que debía decir ahora?



—Mierda —Nam se tapó la cara, pensativo—, ¿estás preocupado por él? No necesitas sentirte culpable por su amor unilateral. Esto es únicamente su culpa, ¿qué clase de enfermo se enamora de uno de su casta? Diablos, Jin, hasta siento que esto es alguna clase de karma. Déjalo, ¿sí? Sé que eres jodidamente sensible y que te adjudicarás esta circunstancia como si tuvieras algo que ver, pero no es así. Amor, tú y yo seremos felices en cuanto firmemos los papeles... Sólo nuestra promesa a la Luna bastará para que todo esto quede como un mal recuerdo, ¿sí? No necesitas hacerte cargo de los sentires de ese omega, ya no, definitivamente no formará parte de nuestras vi-



—¡Es que sí tengo que ver en esto, Namjoon! —detuvo Jin, sorprendentemente enfadado de que el alfa estuviera refiriéndose de esa manera respecto a SU omega. ¡Yoongi no merecía el desprecio de ninguna persona! Él no había hecho ningún mal.



—¿A qué te refieres?, ¿de qué forma te incluyes tú en esto? —preguntó, tratando de mantener la calma— Lo único que has hecho todo este tiempo ha sido sentir lástima por él. Él confundió tu amabilidad con algo más-



—Tú no puedes saber eso —renegó, riendo amargamente—. Namjoon, yo me entrometí con él primero —confesó, tragando en seco. Namjoon, distante, negó como si no entendiera una mierda. No lo hacía, realmente—. Tuvimos sexo —reiteró pacífico, como si no le hubiera bastado el ser lo suficientemente directo. La mirada plana del alfa fue un verdadero poema lleno de metáforas—. Yo lo arrastré conmigo, él no tuvo nada que ver —siguió, la vergüenza apoderándose de sus mejillas.



El silencio abarcó varios instantes.



Se sintió eterno.



—¿Están jugando conmigo? Ya fue bastante con el teatro de Yoongi, ¿no? —rio forzosamente.





—No estoy bromeando, Nam —cortó en breve, severo—. Llevamos meses así —agachó la cabeza, tratando de hacer memoria—. Sucedió por primera vez en el bar de tu primo, Zhoumi. Una noche él entró en nuestra habitación, y se acercó a mí pensando que en realidad se trataba de ti—mordisqueó sus labios, nervioso—, y y-yo..., sólo, le permití actuar —apretó la mandíbula— si sabes a lo que me refiero. —Namjoon había tensado el rostro, observando una pared con distinguida atención—. Él lucía demasiado arreglado como para que yo pudiera siquiera pensar que se trataba del mismísimo Min Yoongi..., y eso no es suficiente excusa, lo sé. Debí haberlo detenido y debí haberlo tratado de pervertido en cuanto lo tuve encima mío, pero no lo hice —se relamió—. No lo hice porque me gustan los de mi mismo sexo, Joon, no lo hice porque me gustan los omegas y siempre había querido tener relaciones con uno.

Kiss and make up [ Sujin ] [ Jinsu ] OxODonde viven las historias. Descúbrelo ahora