Kiss and make up [ Sujin ] [ Jinsu ] OxO

Treinta y nueve; ❝Una duda primordial❞

Sus planes habrían de irse al caño no mucho tiempo después.

Cuando lo conoció. A Namjoon, al único que no lo juzgaría por ser quien era. Namjoon lo alentaba a hacer cosas distintas como si no fuera malo en lo absoluto. Eso, ¿no lo convertía acaso en su lugar más seguro en el mundo? Por supuesto que sí. ¿Era necesario buscar por más? Por supuesto que no. Aspirar a otra cosa ya no estaba en sus planes. Ya lo tenía, al ser que lo aceptaría con todo. Y era un alfa. Namjoon era el que lo sacaría del infierno que era su hogar. Era lo que no precisaba, pero que facilitaría todas las cosas en su diario vivir. Nadie lo volvería a juzgar por sus rarezas, porque ahora tendría un alfa. Aquello valdría oro para sus padres. Y aquello valdría oro para sí mismo, que no pensaba poseer a alguien así. A Yoongi le bastaba con escapar en cuanto tuviera todo en mano, pero ahora..., ahora los planes podrían ser distintos.

—¿Y este pastel por qué o para qué?

—¡Para Nam! —dijo un risueño Yoongi. Lay intentó quitar la crema, pero fue golpeado juguetonamente por su hermano quien estaba demasiado feliz para molestarse con él— ¡Tonto!, ¡no lo arruines! —hizo un puchero— Es su cumpleaños, debo hacer el pastel perfecto y eso haré.

—A ti ni siquiera te gusta cocinar.

—¿Qué cosas dices? Los omegas amamos cocinar, ya cállate —reprendió Yoon. Lay miró confundido a Suho, que acababa de entrar a la cocina para servirse un vaso de cereal con leche. ¿Qué mierda acababa de escuchar? ¿Y desde cuándo el enano se reía como si tuviera una papa en la boca?

—¿Qué está haciendo?

—Un desastre para intoxicar a Namjoon —espabiló.

—¡Es un pastel! —rectificó Yoongi.

—¿Para quién? —preguntaron al unísono Chen y Yesung, que cruzaron el umbral empujándose el uno al otro. Sus padres habían salido por la mañana y no se molestaron en despertar a ninguno. Era fin de semana de todos modos, así que el único ya desayunado era Yoongi. Los demás apenas y se servían basura chatarra a eso de las una p.m.

Yoongi suspiró, no iba a responder otra vez.

—Una comida para Mon, supongo —y Junmyeon se sentó en la barra a la espera de que los sirvientes terminaran su colación para atenderlo a él.

Los ojos de Yesung brillaron genuinamente en tanto Chen se mostraba mas bien opaco.

—¿Mon?, ¿mi amigo? —musitó Chen, inquieto.