Kiss and make up [ Sujin ] [ Jinsu ] OxO

Ocho; ❝Problemas paternales❞

—¡¿Te volviste loco, enano de pacotilla?! —la puerta del locker chocó tan abruptamente contra sí que para Yoongi fue imposible no sobresaltarse. Media vuelta y Jin ya estaba encarándolo con una mirada ardiendo en desprecio— ¡Tú, maldito y grandísimo idiota, ¿estás buscando pelea?! —sonrió inevitablemente y los ojos del omega mayor decayeron con una profundidad impresionante. De acuerdo, admitía que se estaba buscando una severa golpiza. Yoongi lo estaba sacando todavía más de sus cabales.

—Jin no creo que-

Para ese entonces fue obvio darse cuenta de que todos los bailarines habían detenido sus haceres para mirarlos a ambos. Entre cambios de ropa y cuchicheos cargados de temor, el ambiente de los omegas había decaído al punto de volverse tétrico. Todos analizaban la siguiente movida del ahora ''jefe''. Aunque no lo fuera oficialmente, Jin marcaba territorio ahí y todos conocían su lugar como el mejor.

Bueno..., no ahora que había llegado Min a desequilibrar el panorama.

Eso estaba por verse, lamentablemente.

—El único que ha estado buscando pelea conmigo hasta ahora, has sido tú —restregó su dedo índice en el pecho inflado del mayor. Era evidente que estaba tratando de verse intimidante. Sí, claro, como si lo fuera a conseguir con ese puchero lleno de potencial agresividad—. Y deja de transpirar rabia como un perro sarnoso o gritaré lo suficientemente alto para que tu adorada maestra venga corriendo, te vea hostigándome y, de paso, te suspenda, HYUNG. Después de todo, no quedaste bien parado con tu rabieta de hace un par de minutos allá atrás —destacó en ultimátum, cruzándose de brazos triunfalmente.

—¡Eres un-

—Jin —detuvo uno de sus perros falderos, tomándolo del hombro justo cuando este estaba dando claros inicios de golpear la cara del omega más pequeño. Los gritos ahogados se proliferaron en el corredor y todos pudieron respirar con tranquilidad, sólo y sólo cuando el omega de enfermería bufó, tomó sus cosas superficialmente y se marchó a toda prisa. Necesitaba respirar el autocontrol o de verdad le rompería ese rostro lleno de satisfacción a ese elfo de porquería. ¡Lo mataría, Dios, lo haría! Pero en otras condiciones y no cuando todos estuvieran encima para culparlo con justa evidencia.

Se vengaría. 

—Hubieras visto su cara, Hobbie. ¡Me quería asesinar! —estalló a carcajada limpia.