Cincuenta; ❝Llegado su final❞

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La noche antes de la catástrofe, Jin había regresado al primer piso de la casa Min dispuesto a tomar sus cosas e irse. Namjoon seguramente se divertiría con su familia, pero él ya no podía más, tenía muchas cosas en mente.



Su finalidad habría concluido de no ser porque se desmayó a medio camino, afiebrado. Las feromonas se habían disparado y todos supieron de qué se trataba el evento: el omega acababa de entrar en estro.



—¡Jin!











Despertó en brazos del alfa. Habían llegado a la vacía y enorme casa del omega. Su madre no estaba. Una oleada de tristeza lo atravesó, pero no mencionó nada. Sólo se enfocó en los susurros que Namjoon le hizo llegar una vez lo depositó en el sofá. No comprendió del todo su actuar hasta que los besos le bloquearon el cuello y su propio cuerpo reaccionó. No le gustó en lo absoluto. Su omega siempre había sido fácil de excitar, pero ninguno de los dos se sentía cómodo con la acción. El lobo aullaba con desentendimiento, como esperando algo más que el alfa moreno frente a sus ojos. Frenó el camino con el antebrazo, indispuesto. Su lobo no estaba satisfecho, quería a alguien que no era un alfa.



—¿Jin? Soy yo, soy Nam —dijo con obviedad el hombre, incrédulo. Lo estaba rechazando.



—Lo sé, así que aléjate —ordenó. El alfa cumplió obedientemente, esperando una respuesta lógica a su comportamiento—. No quiero pasar mi celo contigo, no esta vez —susurró apenado, no viéndolo directamente a los ojos. El más alto se tensó, tratando de procesar lo que su omega acabara de decirle. Era primera vez que sucedía.



—Jin-



—Por favor, Namjoon, si lo entiendes te irás —musitó delicadamente. No escuchó nada en respuesta, sólo el sonido de la ropa acomodándose y un golpe certero por parte de la puerta principal haciéndose escuchar. Kim se había marchado sin decir algo más y Jin se preparaba para romper en llanto.



Porque no era normal, porque no era natural. No estaba malditamente bien que su cuerpo rechazara al hombre que decía amar y tampoco estaba bien el que su erección se empalmara con más fuerza en tanto recordara las figuras de Yoongi y Suki haciendo de su cuerpo un desastre. ¿Qué sucedería si alguien se diese cuenta?, ¿cómo lo mirarían los demás? Era un desviado, un pervertido enfermo.



De todos modos, no importaba cuánto se lo repitiera en su mente, porque su propio cuerpo se acariciaba en busca de más.

Kiss and make up [ Sujin ] [ Jinsu ] OxODonde viven las historias. Descúbrelo ahora