Kiss and make up [ Sujin ] [ Jinsu ] OxO

Nueve; ❝Rozando límite❞

—¿Q-qué? ¡No, Yoongi ya es un adulto! —la mujer, incrédula, empezó a negar y abrazó a su cachorro. El pesado ambiente a feromonas no hizo otra cosa que causar el llanto de la mujer. Se estaba estresando. ¿Qué se suponía que debía hacer?, ¿qué hacía para calmar a su marido? Yoongi podía ser todo lo desagradable que quisiera, pero era su hijo. Su hijo no merecía reprimendas, no más de las que ya le había dado. Con dos cachetadas bastaba, ¿no era así? ¿Entonces por qué?— ¡No puedes tratarlo como a un niño! ¡Tus otros hijos recibieron sus últimos castigos en sus primeros años de adolescencia!

—Yoongi, arriba. —El hombre pasó de su esposa e, inevitable como solía ser la toma de decisiones en el hogar, Yoon no hizo más que soltarse de su progenitora para seguir el camino que el alfa estaba indicando para él. Estaba usando la voz al mando en él y contra eso nada había que hacer.

—¡No puedo creer que seas tan cruel con él! —exclamó, perdiendo los estribos— ¡¿Acaso con golpes lo va a entender?! —¿Qué se suponía que debía decir?

—¡Eso debió pensarlo antes de cometer semejante estupidez! ¡¿Ir sin su collar a su lugar de estudios, sabiendo que hay alfas sin la reputación suficiente dispuestos a morderlo?! ¡¿Qué habrías hecho si lo mordía alguien sin reconocimiento, eh?! ¡Y su vestimenta, mierda! ¡Él estaba pidiendo a gritos que lo tomaran, que lo violaran! ¡¿Tan necesitado está?! ¡Porque si es así puedo conseguirle un matrimonio arreglado con uno de mis socios y ya! ¡Además, ¿viste la ordinariez que escribió en su cuello?! ¡¿Busca humillarnos, rebajar el nombre de la familia?! —furioso, expuso con un timbre de voz que hizo temblar al menor de la familia. Agachó la cabeza instantáneamente e inclinó su cuello en señal de disculpa, vergüenza, miedo y otros sentimientos que no habría querido describir. Porque hacía tiempo que no se sentía así de..., pequeño, de ínfimo, de impotente, de diminuto. Sentía que fallaba nuevamente como omega. Justo como el día en que descubrió a su alfa serle infiel.

¿Tan poco valor tenía su persona? ¿Hasta qué punto debía sentirse mal en su mente para ser perdonado? Odiaba esto, odiaba ser omega.

—Él está pasando por una mala racha, no puedes ser tan injusto-

—Yo también estoy pasando una mala racha ahora, mujer —irónicamente soltó.

—¡Te comportas como un monstruo! —fue directa, agrietada. Buscó en Yoongi una respuesta. Nada. Su hijo permanecía inexpresivo. Justo como cuando niño. La omega renegó levemente, sintiendo el recuerdo de esos días de infancia atiborrarle en culpa. No esperaba volver a sentir esa tóxica familiaridad.

—Y tu hijo se comporta como una verdadera perra, ¡¿lo sabes?!

Ambos subieron las escaleras, continuando una discusión irremediable que sólo finalizó cuando el alfa cerró la puerta del menor tras sí. La mujer no pudo hacer nada para detenerlo. Su miedo a ser el objetivo una vez interviniera era mayor que su preocupación por ver qué sería de Yoongi. Incluso si seguía hablando, sólo permanecería en la nada. Su opinión no importaba. Después de todo, seguía siendo una omega. Y su hijo era también la muestra de la inutilidad de un omega.