—Verdad —contestó con diversión, topándose con su boca en un arranque de lujuria desmedida.
Yoon sintió el golpe de narices. No pudo importarle menos, no cuando tenía el omega casi rasguñándolo de los muslos para enjaularlo contra la cama y bajo sus brazos. Fue en automático. Casi como si ambos lo hubieran pedido por inercia. No tuvieron que pensarlo, ni cuestionarlo por mucho que uno sí lo hiciera. Podían dejar las dudas para más tarde. Ninguno tenía el interés de demandar en el existencialismo más grande de sus vidas. La única cosa que mantenían en común era el revoltijo que eran sus cabezas, el efecto del alcohol refrenándolos en un intento desesperado por buscar algo en común que anhelaran.
—Hazme daño y juro que aplastaré ese gusano que traes entre las piernas —amenazó. Jin, coqueto, le mostró su llamativa sonrisa.
—Me tienes muy poca fe, Suki.
Y el susurro se sintió como una maldición...,
una que duraría mucho, mucho tiempo.
Un beso profundo, una mirada perdida, un roce sexual.
Tal como en los sueños, ninguno se sentía estafado. De hecho, podría ser mejor. Más específico, más intenso, más descabellado. Al menos por el modo en que Yoongi parecía envolverle la cintura con necesidad o al menos por la agresividad que Seokjin utilizaba para comerle la boca. Succionando sus labios, su lengua; dando paso a un recorrido por toda la cavidad bucal sin importarle el sabor que esta desprendiera. Si olía a cigarrillo, si el alcohol lo empeoraba, ¿qué importaba? No existía persona en esa pieza que fuera más allá de lo instintivo y lo real, no cuando el festín principal estaba haciendo de las suyas para opacar cualquier posible disgusto, no cuando sus máximas preocupaciones dependían de dos traviesas manos frotando el regazo ajeno. ¿Había más que pensar, había más de lo que ser consciente? No.
Seokjin se apartó rápidamente, tratando de normalizar su respiración a medida que repasaba con la vista lo que emergía ante sí. Yoongi vestía un croptop, distinto al de la semana pasada pero igual de oscuro. Contrastaba con su piel, pálida. Y las redes que envolvían sus muslos mejoraban cualquier panorama que Jin hubiese tenido con anterioridad en su retorcida cabeza. ¿Cómo sería follárselo mientras estuviera sólo con su collar anti-marcas y esas mallas negras? Se ruborizó. El hecho de que él fuera bastante descarado en cuanto a su imaginativa mente no quería decir que tuviera la facilidad para no sentir verguenza. Curiosamente dejaba de sentirla cuando estaba increíblemente perdido. Ahora, estaba al borde de lo que era cierto y lo que parecía el hilo de una fantasía.
—Deja de mirarme así y quítate los pantalones —bisbiseó Yoon, igual de rojo. Su razón era distinta. Ser observado por tanto tiempo no le profería mucha seguridad, al contrario; le hacía preguntarse si tenía algo encima o si se veía mal. Jin rio, espabilando y asintiendo a lo que el pequeño le estuviera exigiendo. ''A su órdenes, majestad'' deseó haber dicho, pero estaba seguro que si lo molestaba otra vez; se cancelaría lo que ya estaba sucediendo. Rápidamente se sacó la camisa, o hizo el intento de. Generalmente Namjoon le quitaba la ropa a tirones. Pocas eran las veces en que sus ropas no terminaban con algún desperfecto. Nam no le dejaba tomar mucho el control de su propio cuerpo. Pero ahora, él estaba en una posición distinta; con una persona distinta. Y no podía evitar sentirse inquieto al respecto. No nervioso, sólo inquieto.
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Kiss and make up [ Sujin ] [ Jinsu ] OxO
FanfictionYoongi, un aplicado omega proveniente de una prestigiada familia, ha sido novio de su primo Namjoon, un alfa dominante de alto estándar, por más de cinco años. Sin embargo, todo ha terminado de ir en picada la noche en que descubre a su pareja siénd...