Sana había decidido pasar todo el día jueves con su prometido. Pensó que le haría bien salir del ambiente de su casa durante algunas horas. No quería admitirlo, pero vivir con tres chicas más era algo desgastante, ya lo era con sus hermanas, ahora, estaba a punto del colapso.
-Has estado callada todo el almuerzo. ¿Estás bien?
-Si, lo siento mucho – Sana estiró su brazo derecho y acarició la mano de Minoh – no han sido días fáciles la verdad. Ha sido una semana algo agobiante.
-Lamento escuchar eso – el chico entrelazó los dedos de su mano con los de Sana – me hubiese gustado llegar antes, créeme que lo traté.
-Descuida, entiendo que tengas que hacerte cargo de los negocios de tu familia, prácticamente hacemos lo mismo – Minoh sonrió y Sana le respondió la sonrisa.
-Te extrañé demasiado – Sana se sentía mal, odiaba mentir. Odiaba mentirle a Minoh – ya no aguantaba estar un día más sin ti.
-Yo también te extrañé bebe, lo único que deseaba era que llegaras.
-Esta vez me quedaré por un poco más de tiempo.
-¿Si?
-Si, tengo asuntos que solucionar antes de volver a irme, así que creo que estaré máximo una semana en Seúl.
-Woow.
-¿Qué te parece?
-Me parece una idea increíble.
-Mi padre me contó de lo que hizo tu padre. Siguió la obra de tu mamá.
-Si, vivo con tres chicas más en la casa.
-¿Cómo lo llevas?
-Hay momentos y momentos.
-Explícame eso – si había algo que hacía que Sana siguiera adelante con la mentira eran estos momentos. Minoh realmente se interesaba en escucharla y eso la desestresaba increíblemente.
-Una de las chicas no tuvo un buen comienzo con Mina, pero ese asunto ya lo hablaron. Tzuyu se nota cada vez más rara. Cada vez que estoy a su lado, se siente cómo quisiera explotar y decirme algo, pero no lo hace.
-Supongo que las chicas nuevas deben ser especiales para que les afecte tanto a las tres por igual.
-Debe ser la poca costumbre a ellas.
-Tienes razón amor, seguro es eso – Sana el regaló una sonrisa genuina al hombre que tenía frente a ella.
-Estaba pensando en pasar la noche contigo.
-¿En serio?
-Si, te vas en una semana, lo que es genial. Pero no quiero volver a casa, no quiero encontrarme con esas chicas, y la verdad es que necesito un poco de tiempo para mí.
-No me tienes que explicar nada. Claro que te puedes quedar.
-Gracias.
-No hay nada que agradecer. ¿Qué deseas hacer en la noche? Podemos arrendar películas.
-Es 2020, ya nadie arrienda películas mi amor – Minoh comenzó a reírse y Sana lo siguió. Todas sus emociones y respuestas a su prometido eran honestas. Con el tiempo había transformado el nulo cariño que le sentía cómo a pareja, a una amistad que sólo ella sabía que estaban formando. Sana era consciente que jamás se enamoraría de un hombre, no importaba lo guapo que pudiera ser o de que familia viniese. Así que comenzó a tratar la relación de los dos cómo si fuera una amistad. Era lo único que podía ofrecer. Sentía mucho tener que mentirle, pero no le quedaba otra opción.
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A merced tuya
General FictionLa vida de 6 chicas completamente diferentes la una con la otra, da un giro de 180°, al darse cuenta que están mas relacionadas entre si, de los que ellas imaginaban.