Momo llegó con Lisa y Mina al gimnasio. Lo primero que hizo fue marcar en el libro de ingresos y se subió a una máquina para comenzar a trotar, necesitaba votar toda la energía y tensión que tenía acumulada en su cuerpo.
-¿Por qué estás tan tensa? – Lisa se colocó en la máquina de al lado de Momo.
-Digamos que he tenido algunos días movidos y estresantes.
-Si quieres podemos hablar.
-No quiero contarte mis problemas Lisa, no estamos tan cerca tampoco. Sólo somos dos ex.
-No te pongas a la defensiva Momo, sabes perfectamente que te quise, pero las cosas no salieron como esperábamos.
-Durante los dos años después de que termináramos jamás me pediste perdón por la forma en que me trataste. No digo que lo siga esperando, pero en algún momento creí que lo necesitaba para salir adelante.
-Lo siento entonces – Momo miró a Lisa – yo tampoco soy la chica que conociste hace años atrás, todas maduramos en algún momento.
-Lo sé.
-Ahora explícame porque me utilizaste como carnada.
-¿Qué?
-Por favor, vi la mirada de esa chica en mí, si hubiese querido asesinarme lo hubiese hecho.
-Eso no es así.
-Momo, conozco a las chicas como ella.
-Sana... es rara.
-Toda esa familia lo es.
-¿Qué sabes de ellos?
-No mucho, sólo que respiran dinero, tiene muy buena posición social, sus hijas son todos unos genios. No sé mucho más de lo que la gente dice por ahí.
-La verdad, es que lo único que quiero es que el año pase rápido.
-Es irónico que digas eso cuando llevas 4 o 5 días con ellas.
-Lo sé.
-¿Mina también está teniendo problemas con alguna de las hermanas?
-¿Qué? ¿Por qué lo dices?
-También se ve algo frustrada haciendo ejercicio – Momo giró su cabeza para observar a Mina, se notaba concentrada.
-Supongo que ambas necesitábamos un tiempo alejadas de esas chicas – Momo hizo una pausa – ahora silencio, quiero escuchar música.
-No creo que puedas.
-¿Por qué?
-Mira quien está ahí – Momo volteó y se encontró con Minoh – creo que te busca.
Momo detuvo la máquina, se colocó una toalla en el cuello y caminó en dirección de su mejor amigo - ¿Qué haces por acá? – preguntó la japonesa mientras bebía agua de su botella.
-Vine a ver como estabas, ayer no llegaste al restaurante. Llamé a Sana y me dijo que te habías sentido mal. Fatigada y deshidratada.
-Si, la verdad es que no me preparé cómo tenía pensando hacerlo. Así que la pelea me desgastó más de lo normal. Cuando íbamos camino al restaurante me sentí muy mal, incluso sentía las piernas acalambradas.
-¿Qué pasó con el club?
-Ese tema ya está arreglado – Momo ni siquiera quería recordar cómo había arreglado ese detalle.
-Me alegro.
-¿Cuántos días te quedan en la ciudad?
-Tres, pero sólo dos para estar con Sana.
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A merced tuya
General FictionLa vida de 6 chicas completamente diferentes la una con la otra, da un giro de 180°, al darse cuenta que están mas relacionadas entre si, de los que ellas imaginaban.