47.- ¿A quién le creo mamá?

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Chaeyoung y Tzuyu llegaron a Taiwán de noche, así que lo primero que hicieron fue buscar algún hotel donde pudieran quedarse. Cuando lo encontraron, ambas chicas se lanzaron a la cama para descansar. Tzuyu había estado muy silenciosa y quieta desde que tomaron el avión, Chaeyoung se dio cuenta de lo nerviosa que estaba así que, trató de dar todo de sí misma para hacer las cosas más cómoda.

Se levantó de la cama y fue al baño con una de las mochilas que había traído al viaje. Agradeció que la ducha tuviera tina. Comenzó a llenarla con agua tibia mientras dejaba caer burbujas y algunos pétalos de rosas. Cuando estuvo todo listo decidió desnudarse y salir a buscar a Tzuyu con sólo una bata puesta.

-Hey – al escuchar su voz Tzuyu se sentó en la cama y sonrió al ver a la japonesa con sólo una bata.

-¿Por qué estás sólo con una bata? – Chae extendió su mano.

-Acompáñame.

-Ok

Tzuyu se levantó de la cama y caminó hacia donde Chaeyoung para tomar su mano y entrar al baño del cuarto. La taiwanesa sonrió al notar el esfuerzo de su pareja para subirle el ánimo.

-Gracias.

-Tomaremos un baño de tina, juntas, así que... - Chaeyoung dejó caer su bata y se sentó en la tina esperando que Tzuyu se desnudara frente a ella. La verdad era, es que aún no se acostumbraba a que la taiwanesa fuera tan perfecta. Cada vez que estaban desnudas o juntas lograba hacerla sentir pequeña, diminuta.

Tzuyu sacó prenda por prenda y se acomodó entre las piernas de Chae, dejó caer su cabeza hacia atrás para que descansara sobre el hombro izquierdo de la japonesa. Chaeyoung, por otra parte, comenzó a pasar una esponja con jabón por las piernas largas y fornidas de la taiwanesa mientras está cerraba los ojos y trataba de calmarse. No había logrado dejar de pensar en que no debería estar acá, que sólo le traería más y más problemas, pero entonces sintió la esponja sobre su estómago y sonrió.

-Mi cabeza es un lío.

-Lo sé.

-Quiero agarrar mis cosas e irme de está ciudad. Ni siquiera sé por donde empezar a buscar.

-Yo te ayudaré, no te preocupes.

-¿Cómo vas hacer eso? ¿Con más baños de tina?

-Es una opción – ambas reían – pero no, podemos empezar por donde te adoptaron. El hogar.

-Puede ser.

-Pero de eso nos preocuparemos mañana – Chaeyoung se inclinó hacia la derecha para tomar un cigarillo de marihuana y su encendedor.

-Vas arruinar mi cabello con el olor de esa cosa.

-Te puedo lavar el cabello también – Tzuyu giró su cabeza para besar la mejilla izquierda de Chaeyoung.

-Dame eso – Tzuyu le quitó la marihuana y lo prendió ella.

-Woow.

-Una vez me dijiste que esto lograría tranquilizarme, vamos a ver si es verdad o no.

-Sólo hazlo despacio, no quiero que termines vomitando sabes.

Tzuyu prendió el cigarrillo y fumó. Chaeyoung se dio cuenta que no era primera vez que lo hacía, la taiwanesa no tosió, ni nada por el estilo.

-¿Ya lo has hecho antes verdad? – Tzuyu no respondió durante algunos segundos.

-La primera vez que lo hice fue con Daniel – Chaeyoung se quedó en silencio – mi relación con el es muy diferente a la que tienen Sana y Nayeon. El siempre ha logrado hacerme reír en momentos malos, no sé por qué. Algo me dice que debería odiarlo cómo lo odian mis hermanas, pero no puedo. Simplemente no puedo hacerlo.

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