Nayeon jamás había estado caminando sola por estos lugares de Seúl. Era consciente de que está ciudad tan tecnológica y de grandes pantallas planas haciendo promociones a cantantes, marcas de todo tipo, actores, etc. Tenía en sus calles lugares como esté.
Las calles del lugar eran muy angostas, Nayeon estaba segura de que no cabían más de dos personas, una al lado de la otra. El olor que rodeaba el lugar tampoco era el mejor. Se podía sentir el aroma a pobreza y muerte. Los niños que jugaban en la calle se veían falta de alimento, sucios. La pelinegra no pudo dejar de preguntarse si Mina y sus hermanas habían vivido esto también, de solo pensarlo se le rompía el corazón.
-¿Tzuyu? – la menor de la IM le había dicho a Nayeon que sabía donde quedaba el departamento, así que la llamara cuando llegara al lugar – creo que estoy en el lugar correcto.
-Debes buscar una escalera, es metálica y le faltan escalones.
-Creo que la vi – Nayeon no entendía cómo las personas podían subir a través de esa escalera hacia los pisos que se encontraban más arriba – dime que no tengo que subir por ahí – Nayeon tragó en seco.
-Es la única forma de subir, solo ten cuidado.
-Gracias.
Nayeon se armó de valor y subió esa empinada escaleras sin mirar hacia abajo. Era consciente de que, si hacía una escena, las personas que se encontraban abajo comenzarían a molestar, y quizás esa situación no terminaría bien. Al llegar al piso sacudió sus manos para arrancar el polvo de ellas. Luego de algunos segundos comenzó a buscar el departamento de Mina, sólo le costó 4 segundos.
-¿Qué haces acá? – Mina estaba afuera del departamento.
-¿Por qué estás acá afuera?
-Te conozco, sabía que vendrías.
-¿Cómo estás?
-No es un buen momento Nayeon, de verdad que no.
-Déjame estar a tu lado.
-No creo que eso sea posible.
-Mina... ¿Qué pasó? Sana y Momo tampoco quisieron hablar.
-Yo se los pedí.
-¿Qué me ocultas?
-Mientras menos sepas es mejor.
-Deja de hacer eso.
-¿Hacer qué?
-De alejarme, me prometiste que haríamos todo juntas, que no nos mentiríamos – Mina sólo podía mirar el rostro lloroso de Nayeon - ¿Era todo mentira? Porque yo no lo sentí falso.
-No hagas esto más doloroso, déjame protegerte por favor. Si no te cuento es por qué no quiero que retrocedas.
-¿Qué tiene si retrocedo? Después de todo estarás ahí ¿verdad? – aquellas palabras terminaron por hacer temblar las rodillas de la japonesa.
-Entra.
Nayeon entró por primera vez al departamento de las hermanas japonesas e inmediatamente sintió la calidad de un hogar. El calor que comenzó a surgir en sus pies subió hasta su rostro. Se podía sentir el cariño de familia en el lugar. Nayeon jamás sintió algo así antes, ni siquiera en su propio hogar
-Es un lugar increíble – Mina sonrió – lo digo en serio. Es... es increíble lo que lograron tu y tus hermanas viviendo en un lugar cómo este. No me tomes a mal, pero caminar hacia acá fue lo más tenebroso que he hecho en mi vida.
-Descuida, te entiendo. Sentía el mismo miedo cuando comencé a trabajar.
-No sé como lo hacías.
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A merced tuya
General FictionLa vida de 6 chicas completamente diferentes la una con la otra, da un giro de 180°, al darse cuenta que están mas relacionadas entre si, de los que ellas imaginaban.