36.- Es sólo el primero

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Momo salió de su última clase sin haber visto a Sana por última vez. Los recuerdos de ambas en el salón de biología aun hacían estrago en su cabeza y en su cuerpo. Sana estaba constantemente en su cabeza, no podía dejar de extrañarla cuando no estaba cerca.

-¿En que piensas? – la voz de Tzuyu sorprendió a la japonesa.

-Nada, solamente pensaba.

-Mina y Nayeon se escaparon de clases.

-Nada nuevo.

-Para mí sí, es Nayeon. La alumna número 1 del instituto. Mi padre se enojará con ella.

-Dudo que a tu hermana le importe la opinión de tu padre a estas alturas – ambas chicas se quedaron mirando - ¿Dónde está Chaeyoung?

-No lo sé – Momo la miró sorprendida – ha estado rara desde que llegó anoche. Me contó lo que había pasado, pero le pedí estar sola. Ella me dijo que también necesitaba tiempo de soledad y que me entendía si la quería lejos. Creo que tomó sus palabras como una excusa para hacerla de ella y dejarme sin darme ninguna explicación.

-Chaeyoung no es así, solo dale tiempo. Es algo emocional cuando se trata de nosotras.

-¿Quieres almorzar? – Momo sonrió - ¿De qué te ríes idiota?

-¿Desde cuándo te caigo bien?

-¿Desde cuándo te mueres por Sana?

-Woow que golpe bajo.

-Entonces no lo estas negando.

-Las cosas obvias no se pueden negar – Tzuyu sonrió sarcásticamente.

-¿Sabes que lo de ustedes no puede ser verdad? – la limosina llegó al instituto y ambas chicas se subieron en ella – está saliendo con Minoh, tu mejor amigo.

-Lo tengo asumido, es por lo que decidí conocer a Eunbi, es una buena chica. Me hace reír – Momo hizo una pausa – con ella las cosas son muy, muy fáciles.

-Creo que es una decisión inteligente, estás protegiendo tu corazón después de todo.

-Así es.

-¿Cómo vas en el ranking?

-Quedé quinta luego de no poder pelear la primera semana y de ganas las dos siguientes. Sólo necesito seguir que ganando y que alguna de las que van por encima de mí pierdan una que otra pelea.

-Pues más te vale ganar – Momo sonrió – pago yo el almuerzo, así tienes energías para entrenar y tu cena de esta noche.

-¿Cómo sabes lo de la cena?

-Sana no dejó de mencionarlo durante el desayuno – Momo sonrió - ¡Oh vamos! Quita esa sonrisa idiota.

-No puedo creer que enserio pagarás mi comida, me parece increíble.

-No te excedas Hirai.

-Tranquila, se controlarme.

Mina y Nayeon yacían acostadas sobre la antigua cama de la japonesa. La pelinegra tenía abrazado el pequeño cuerpo de su chica mientras disfrutaba del aroma de su perfume. Era dulce, pero no fuerte.

-Me gusta esto – Mina sonrió al escuchar la voz de Nayeon en su oído derecho. Así que decidió acariciar la mano derecha que descansaba sobre su estómago.

-¿Qué te gusta? – preguntó Mina.

-Sentir tu cuerpo cerca del mío. Jamás creí que después de haber sido violada por mi propio hermano, podría permitirme sentir tanta calidez nuevamente de otro cuerpo. Estar contigo se siente correcto.

A merced tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora