13.- Confianza

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Chaeyoung, Tzuyu, Mina y Nayeon salieron del salón principal después de la performance que hicieron juntas. La mayor de la familia Im no podía con toda la adrenalina que sentía su cuerpo. Por primera vez, en un año y algunos meses, se sentía viva. Era como volver a ser esa persona que había perdido en su cabeza. Los pedazos de su corazón que ella creía olvidados estaban volviendo, y podía sentirlos. Lo sentía por la forma en que su cuerpo se erizaba después de haber cantado hace 7 minutos, lo sentía en el dolor de sus mejillas por no dejar de sonreír. Nayeon estaba feliz, realmente feliz. Ya no fingía una sonrisa.

-Woow eso fue increíble – dijo Mina – cuando Tzuyu y Chaeyoung comenzaron a tocar todo el mundo volteó a verla inmediatamente. Ni hablar de Nayeon – Mina se perdió el rostro iluminado de la mayor de las chicas – tu voz es espectacular, deberías tener tu propio álbum o algo por el estilo – Nayeon sonrió.

-Me siento feliz – Tzuyu volteo para ver el rostro de su hermana, se veía feliz, realmente feliz. Tan feliz, que estaba segura de que su hermana lloraría en cualquier momento.

-No llores – Chaeyoung robó sus palabras.

-Es primera vez en mucho tiempo que creo que lloro por felicidad, necesito esto – y entonces, así como así, las lágrimas comenzaron a caer por la piel blanca de Nayeon. Tzuyu miraba la escena con un nudo en la garganta. Era consciente de lo mucho que había luchado su hermana para salir adelante, y este era un gran paso. Hace un año su hermana era incapaz de estar en una habitación con ella y Sana, y ahora, era capaz de cantar frente a centenares de personas desconocidas.

-Estoy orgullosa de ti – Tzuyu se acercó a Nayeon y la abrazo - ¡Dios! No sabes cómo te extrañé – Chaeyoung y Mina observaban sin preguntar absolutamente nada. La pelirrubia creía que esta escena era consecuencia del alcohol que habían estado bebiendo, pero no. El alcohol no podía ser la principal característica de la escena que tenía frente a ella. Esto era real, puro amor.

-Ya basta de llorar – Nayeon comenzó a secarse las lágrimas - ¿Qué trajeron para beber? – después de cantar las chicas salieron de la casa y caminaron por el jardín trasero hasta llegar a unas rocas donde se sentaron a beber y conversar.

-Se me había olvidado el sabor de este champagne – exclamó Mina.

-¿Dónde la probaste? – preguntó Nayeon.

-¿No es obvio? – todas miraron a Tzuyu - ¿De algún cliente no? – Mina sonrió.

-Si, fue un hombre quien me presentó este champagne – Nayeon la quedo mirando – lo único bueno que me dejó.

-¿Quieres hablar de eso? – Tzuyu se veía por primera vez interesada en la japonesa – sé que te he tratado mal y te he juzgado, pero estamos viviendo todas juntas. Es bueno saber un poco más de ti.

-La verdad es que él ni siquiera es tema, al menos no debería serlo.

-¿Extrañas trabajar? – Mina volteo para ver el rostro de Nayeon que aun se encontraba iluminado por una pequeña aura de felicidad.

-La verdad es que no. Me gusta esta vida "normal". Aunque sea sólo un año.

-¿Volverás a trabajar de prostituta cuando todo esto termine? – preguntó Nayeon.

-No tengo idea, aún no tengo el poder de ver el futuro – Chaeyoung sonrió y Mina le devolvió la sonrisa.

-¿Qué significan tus tatuajes? – Tzuyu observó el brazo derecho de Chae – tiene muchos.

-La verdad es que me hago tatuajes porque me gustan y ya. No tengo algún motivo.

-El de nosotras – Tzuyu volteó a ver a Mina – muéstrale el de nosotras.

A merced tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora