Las clases habían terminado por fin. Sana y Momo se habían ido una hora antes a la oficina de las empresas Im así qué, el resto de las chicas caminaron juntas hasta el auto que las llevaría a casa.
-Tzuyu – Chaeyoung tomó el brazo derecho de la taiwanesa para que volteara a verla - ¿Podemos hablar?
-¿Quieres hablar? He tratado de hablarte hace dos días Chae, no creo que...
-Lo sé, lo siento – Tzuyu sólo miraba a Chaeyoung mientras que Mina y Nayeon observaban toda la situación algunos metros más allá – déjame compensarte el mal momento.
-No creo que deberíamos hablar en el instituto de estas cosas.
-Por eso, déjame llevarte a almorzar – Tzuyu no pudo evitar sonreír – te juro que no te arrepentirás.
-No es justo sabes.
-¿Qué cosa?
-Que no pueda decirte que no – Chaeyoung sólo sonrió - ¿A dónde me llevarás?
-A nuestro lugar.
-Me gusta.
-Anda, vamos, tenemos que pasar por comida y de ahí iremos a mi antiguo departamento, te tengo una sorpresa.
-Amo las sorpresas.
-Lo sé, créeme.
-Supongo que tendremos que irnos sin ellas – Mina abrazó a Nayeon por atrás y la pelinegra sonrió.
-Espero que Chae se luzca, Tzuyu ha estado muy triste estos días.
-Es tierno verlas juntas.
-Sí. Es como si hubiesen nacido para estar juntas.
-¿Cómo nosotras? – Al escuchar esas palabras Nayeon volteó para quedar frente a Mina - ¿Recuerdas lo que nos dijo la terapeuta?
-Creo que está enamorada de ti o algo, siempre que hablas sonríe cómo idiota.
-Es porque soy una chica sincera y de buen corazón.
-Debes dejar de tratarme con tanto amor cuando estamos con ella.
-¿Por qué haría eso?
-Hay dos razones. La primera, es que me da mucha vergüenza escuchar decir todas esas cosas frente a otra persona y la segunda, bueno, ella se podría enamorar de ti al ver lo jugada que eres con la persona que te gusta.
-Sólo me gustas tú – Y ahí estaba nuevamente, la electricidad que recorría cada centímetro del cuerpo de Nayeon – de verdad me gustas.
-Deja de hacer eso.
-¿Por qué? – Mina se acercó al rostro de Nayeon, las dos sabían que no podían hacer este tipo de cosas afuera de la fachada del instituto.
-Porqué me pasan muchas cosas.
-¿Sí?
-Si.
-¿Qué te parece si me las enumeras?
-¿Por qué no entras a la limusina y lo conversamos?
-Me parece genial.
Ambas chicas entraron a la limosina, se acomodaron en el asiento mientras que Nayeon le decía al chofer que se desviará del camino en dirección a un restaurante de mariscos exquisito que ella conocía. Luego de darle esa orden, apretó el botón para que se cerrara la ventana que comunicaba la parte trasera del auto con la del chofer.
-Eso fue inteligente – Nayeon volteó a mirar a Mina y la japonesa notó el fuego en los ojos de la pelinegra - ¿Por qué me miras así?
-Ven acá – Nayeon tiró del brazo izquierdo de Mina haciendo que la japonesa se sentara sobre su regazo. Lo primero que hizo al tener a Mina sobre sus piernas fue llevar sus manos a ambas piernas desnudas de la japonesa – me vuelven loca tus piernas – Nayeon se lamió los labios – quiero verte disfrutar – la pelinegra comenzó a acariciar los muslos de Mina de arriba hacia abajo – quiero ver tu rostro iluminándose por mis caricias.
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A merced tuya
Aktuelle LiteraturLa vida de 6 chicas completamente diferentes la una con la otra, da un giro de 180°, al darse cuenta que están mas relacionadas entre si, de los que ellas imaginaban.