La mansión quedó completamente vacía a eso de las 5 de la mañana. El ultimo invitado en irse fue Minoh, quien se tomó todo el tiempo del mundo para besar a su futura esposa y hacerle saber que la iba a extrañar, que habían pasado días geniales y que eso lo dejaba tranquilo.
-No puedo creer que por fin terminó todo esto – Tzuyu se dejó caer a uno de los tres sofás individuales que tenían en la sala de estar.
-¿En que momento se emborracharon tanto? – preguntó Sana.
-Me iré a acostar, siento que se me va a reventar la cabeza – todas miraron a Momo – nos vemos en algunas horas, menos mal mañana es domingo.
-¿Te sientes mal? – todas colocaron su mirada en Sana - ¿Qué?, ¿Por qué me miran así? Sólo me preocupo.
-Creo que es sólo borrachera.
-Está tan borracha que ni siquiera sabe que mañana es lunes – habló Chaeyoung.
-No pienso ir al instituto, no con esta resaca – afirmó Momo.
-Nadie va a ir, pero si debemos ir a trabajar – Momo recordó que ahora tenía que trabajar.
-No me lo recuerdes – todas las chicas rieron excepto Sana – buenas noches.
-Creo que también me iré a acostar – era el turno de Sana – gracias por lo de hoy día. Mi padre me dijo que tuvieron mucho que ver en toda la organización.
-No hicimos mucho la verdad, Momo fue la que nos dijo que teníamos que llamar a tus amigas y a las nuestras – Sana se quedó en silencio – creo que Minoh fue a pedirle el favor al gimnasio – contó Nayeon.
-Si, es verdad. Yo estaba con Momo cuando el llegó a pedirle el favor.
-Supongo que también tendré que agradecerle entonces, buenas noches, chicas.
Las cuatro restantes se quedaron bebiendo las últimas gotas de alcohol que le quedaban en la casa. Realmente la gente rica bebía mucho, pensó Chaeyoung quien ya, le era imposible enfocar.
-Woow creo que me iré a dormir – Chaeyoung trató de levantarse como pudo, pero cayó sentada al suelo en el primer intento.
-Te ayudo – Tzuyu, quien estaba aún más borracha ayudo a la menor de las japonesas – te iré a dejar a tu cuarto y luego me iré al mío.
-Acepto tu ayuda princesa – Tzuyu recordó el primer día en que las tres chicas japonesas llegaron a su casa y Momo había tratado a Sana de la misma forma – buenas noches, hermana, no te diviertas mucho – Mina sonrió.
-Va amanecer en algunos minutos – Mina volteo para mirar a Nayeon, tenía las mejillas algo enrojecidas por el alcohol en su sangre.
-Dime la verdad – Nayeon miró a Mina - ¿Hace cuánto no bebías?
-¿Crees que estoy borracha?
-Lo estas, todas lo estamos.
-¿Estas borracha? ¿Esta es tu mejor versión borracha? – Mina sonrió.
-Claro que no, puedo quedar peor que Chaeyoung.
-Muero por ver eso – hubo algunos segundos de silencio - ¿Por qué no te emborraste cómo nosotras?
-Una de las cuatro tenía que estar algo lúcida, ya sabes, por si pasaba algo.
-¿Algo cómo qué? – Mina sólo sonrió – deja de sonreír estúpidamente, me vuelve loca.
-¿Qué tiene mi sonrisa? – Nayeon pasó sus dedos por su cabello negro y largo.
-Es perfecta – Mina sonrió.
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A merced tuya
General FictionLa vida de 6 chicas completamente diferentes la una con la otra, da un giro de 180°, al darse cuenta que están mas relacionadas entre si, de los que ellas imaginaban.