46.- MINAYEON

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Nayeon sentía la casa tan vacía sin sus hermanas, Momo y Chaeyoung. La vedad es que no estaba preocupada por Sana, era consciente de que Momo la cuidaría con su vida, pero, por otra parte, no dejaba de pensar en Eunbi.

-¿De nuevo pensando en tus hermanas? – preguntó Mina mientras entraba a la cocina con dos vasos de whiskey.

-La verdad estaba pensando en Eunbi.

-¡Oh! Ya veo.

-No lo tomes a mal, no soy quien para juzgar a Momo y Sana, es sólo que es un poco frustrante que no puedan estar juntas como nosotras – Mina miró a Nayeon – no podría vivir sabiendo que existe algo entre nosotras que no nos permita amarnos – Mina solo fingió una sonrisa ante esas palabras – supongo que tarde o temprano deberán arreglar todo este desastre.

-No pensemos en ellas, a estas alturas ya deben estar juntas recorriendo cada detalle del cuerpo de la otra – Mina se acercó por atrás y abrazó a Nayeon mientras dejaba besos húmedos sobre su hombro izquierdo.

-Me lo estas poniendo difícil.

-¿Qué cosa? – preguntó la japonesa mientras metía su mano por debajo de la remera ancha y larga de color azul que Nayeon llevaba puesta.

-Tenía pensado... yo... Mmm – Nayeon gimió despacio – pensé en unas películas.

-Podemos hacerlo.

-Esto no es necesariamente como si estuviéramos viendo una película.

-Pensé que querías filmar una, tenía bastante buenas ideas – Nayeon golpeó la mano de Mina y volteó para quedar frente a ella – era broma, jamás haría eso – A la cabeza de la pelinegro llegó el recuerdo de la historia de Mina, ella dijo que los tipos que abusaron de ella la habían grabado.

-Lo sé – fue lo único que se escapó de la boca de Mina.

-Te espero en la sala para ver la película, iré ordenando los snacks y esas cosas. No quemes las palomitas.

-Jamás se me queman.

-Mmm creo que podríamos debatir ese punto más adelante.

Nayeon se quedó nuevamente sola en la cocina mientras terminaba de hacer las palomitas cuando Jihyo apareció en el lugar con algo de loza en sus manos. La mayor de los Im llegó a la conclusión que era de su madre.

-¿Hace cuánto estás ahí?

-Desde que Mina te estaba toqueteando – ambas sonrieron - ¿Cómo están?

-Bien, hemos estado muy bien. La verdad es que la señorita Taeyeon nos ha ayudado mucho a poder llevar nuestra relación al siguiente paso.

-Me alegra escuchar eso.

-Aún tengo miedo de cómo mi cuerpo reaccione cuando ella me toque.

-Seguro no pasa nada.

-¿Por qué estás tan segura?

-Las vi hace algunos minutos. Ni siquiera te molesto sentir las manos de Mina debajo de tu ropa, tu expresión facial sólo quería más. ¿Por qué no te dejas llevar? Tienen la casa para las dos, nadie las va a molestar – Nayeon miraba a su amiga – hazme caso, no sé cuánto tiempo me quede en está casa, mi madre está muy mal. Así que, ve y ten un poco de sexo por la pobra mujer que tienes frente a ti.

-Sabes que igual podrías salir a tener sexo genial.

-Lo sé, pero ya llegará mi momento. Estoy segura de que llegará.

-Creo que las palomitas están listas.

-Sí, están listas, 1 minuto más y se te hubiesen quemado, como siempre.

A merced tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora