Sana había viajado todo el camino en silencio y llorando. Momo no podía dejar de observar el rostro de la pelirroja por el retrovisor. ¿Por qué estaba tan mal?, ¿Qué había pasado en su almuerzo con Daniel?, ¿Tenía ella algo que ver?
-Deja de mirarme.
-¿Disculpa?
-Que puedo sentir tu mirada en mí Momo, deja de hacerlo.
-Lo siento, sólo estoy preocupada. Te desmayaste en el restaurante, después me pides que te traiga a donde Minoh.
-No tienes porqué tratar de entender mis acciones.
-No es que trate, es que quiero hacerlo.
-No tienes ninguna obligación para conmigo.
-Lo sé también, pero no me moleta...
-Odio tu optimismo sabes – la japonesa se quedó callad – también odies que trates de salvar a todo lo que te rodea, incluso a mí. Simplemente limítate a estar en tu lugar y yo en el mío – las palabras de Sana no hacían nada más que dañarla una y otra vez – llévate el auto contigo.
-¿Y cómo te devolverás a casa?
-¿Quién dijo que iría a casa? – ambas chicas se miraron a través del retrovisor – maneja con cuidado Momo – Sana se bajó sin decir nada más. Mientras que la japonesa no podía dejar de observar el vaivén que había en el caminar de la pelirroja, claramente no estaba bien.
-Deja de preocuparte idiota, a ella no le importa.
Sana respiró profundamente para luego dejar escapar todo el aire contenido en sus pulmones y tocar el timbre de la casa de Minoh. Sabía que se encontraría en casa aún, si firmó el contrato de Daniel, seguramente viajaría con él en la madrugada.
-¿Sana? ¿Qué haces acá? – Minoh se notaba feliz de verla.
-¿Puedo?
-Claro, adelante – Sana entró a la casa, lanzó su cartera al primer sofá que vio justo con su abrigo - ¿Vino?
-Por favor.
Minoh le ofreció la copa y Sana bebió su contenido hasta la mitad. Luego comenzó a caminar observando las pintaras que decoraban las paredes de la oficina de su futuro prometido. Siempre le habían gustado, le entregaban tranquilidad mental.
-¿Ocurre algo?
-Algunas cosas la verdad.
-¿Quieres hablar de eso?
-¿Quieres tú hablar de eso? – Sana aún no miraba a Minoh y su chico no estaba entendiendo nada.
-La verdad es que no sé qué ocurre amor, si me dieras una pista quizás podría ayudarte.
-No te daré una pista, es infantil – Sana miró a Minoh y el chico sonrió – así que te lo diré de frente y ya.
-Ok.
-¿Por qué no me dijiste que serías el inversor principal del proyecto nuevo de Daniel? – Minoh se quedó en silencio - ¿De verdad crees que puedes respirar sin que yo me entere?
-Sana...
-Sana nada – gritó la pelirroja – desde que nos conocemos te he dicho que mi relación con Daniel no es de las mejores, tampoco somos los hermanos favoritos el uno del otro. Te dije claramente, que, para mí, sólo contaban cómo hermanos Tzuyu y Nayeon ¿Te lo dije o no?
-Si, si lo hiciste.
-También pensé que tu relación con ese imbécil había terminado, pero no. Acá estas, ayudándolo para que la empresa no se vaya a la mierda.
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A merced tuya
Genel KurguLa vida de 6 chicas completamente diferentes la una con la otra, da un giro de 180°, al darse cuenta que están mas relacionadas entre si, de los que ellas imaginaban.