capítulo 26

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Estaba con Sebastian en mi habitación, me dejó en la cama y se acercó a mi.

-¿Aún no sé curan tus heridas?- preguntó mientras veía mi frente

-No...aún estoy tratando de curarme

-¿Quién te hizo estás heridas?- preguntó de nuevo viéndome

-Wolf, cuando trataba de detenerlo para que no alcanzara a Sieglinde

-¿Porque lo hiciste? Sabes que te pones en peligro también

-Sebastian, soy un demonio no puedo morir a menos que Ciel lo haga.- dije viéndolo mientras iba al bañó por un botiquín

-______ siempre hablábamos de lo mismo. Hasta creo que me cansó de repetirtelo, parece que te entra por un oído y te sale por otro

-Si, porque soy muy terca. Como sea, logré detener a Wolf

-Eso lo sé pero nonte sirvió de mucho pues lo tragiste con nosotros

-Ambos sabemos que Sieglinde le tiene mucho cariño a Wolf, sino no lo hubiera llamado cuando cayó. Ellos dos tienen que estar juntos, es como tú y Ciel.-sonreí 

-¿De qué hablas ______?- preguntó

-De que ambos se llevan bien. Al igual que Sieglinde y Wolf. Así que no puedes negarlo.- sonreí

-Si, creo que te tienes razón ahora déjame ayudarte con tus heridas.

-Si...

Sebastian curó mis heridas que me hice cuando pelee con Wolf y también me curo la de mi mano ya que al caer de las escaleras me raspe.

-¿Y porque caiste de las escaleras?

-Por tonta. Bajé muy rápido y me tropecé, ya después no me pude levantar.

-¿Aún no sabes manejar tu fuerza?

-No, por eso ya no me pude levantar.

-Ya veo...déjame ver tu collar.

Saqué el collar y Sebastian de acercó haciendo que me pusiera roja. Aún me provoca esos nervios de cuando apenas me daba cuenta de lo que sentía por él.

-Te cambiaré mi collar por el tuyo.- dijo alejándose

-¿Porque?- pregunté preocupada.- ¿En cualquier momento puede romperse?

-Si, por eso es mejor que tengas este.- se quitó el suyo y me lo puso. -Este no creo que lo rompas tan rápido.

-¿Porqué se volvió a agrietar?- le pregunté cuando me quite el que era mío para dárselo.

-Porque volviste a sacar tus emociones. Cuando le dijiste aquellas cosas a la mamá de la señorita Sullivan.

-¿Acaso mis ojos cambiaron de color?- pregunté aún mirando aquella piedra

Broken Memories (Sebastián y tú) Libro 2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora