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Tenía miedo, estaba esperando a que por fin le dijeran como le había ido en el examen que tomó para graduarse de la academia pero los sensei se estaban tardando más de lo que la niña pequeña podía aguantar.

Estaba esperando mordiendo su uña sin ocultar su ansiedad, esperaba que aquello no le quitara puntos y la aprobaran.

Lo único que quería era volverse la mejor kunoichi, al menos de la aldea oculta de la hoja, luego se preocuparía de ser la mejor de toda la historia pero primero estaba este examen.

La puerta se abrió mostrando a uno de los senseis, la observaba serio mientras la niña mordía su lengua para no gritar, y le extendió su papel. Lo tomó con sus temblorosas manos para comenzar a caminar hacia la salida.

Leyó felizmente un "Aprobado" que casi la hacía gritar pero contuvo su emoción.

Nyoko salió de la academia luego de aprobar su examen para encontrarse con Ryu, el equipo Minato, Kushina y Gai esperándola. Con casi siete años y con un año completo en la academia le fue suficiente para lograr obtener su título de genin.

En cuanto los vio se acercó corriendo a ellos. Ryu corrió a ella y la abrazó para darle vueltas por los aires. Estaba demasiado feliz, por fin su hermanita se había convertido en una pequeña kunoichi.

—Sabía que lo lograrías, princesa.

La bajó de sus brazos y allí fue cuando los demás presentes la comenzaron a llenar de halagos, era realmente raro que alguien se graduara tan pronto, claro que no había sido tan rápido como Kakashi pero igual les sorprendía.

Ryu sabía que su hermana acabaría rápidamente ascendiendo a genin. Lo único que necesitaba era mejorar su taijutsu. Por lo que ahora iba a avanzar mucho más rápido mientras que él había terminado de escribir el libro que la ayudaría, ya podía marcharse. Tenía a Ayumu y a Obito para cuidarla en lo que se volvía una gran kunoichi, ya no necesitaba de él.

Él ya tenía otros planes.

Por lo que mientras todos seguían haciéndola feliz, él comenzó a marcharse. Aunque solo Kushina se había dado cuenta de esto.

Su trabajo estaba hecho, su nueva misión sería conseguir alargar su vida. Sintió la sangre comenzar a gotear de su nariz, llevo una mano para comprobar si realmente lo era y confirmó lo obvio.

Suspiró, al final era mucho más doloroso dejar a su hermana que a su abuela. Cada paso que daba le dolía más que el otro pero de todos modos moriría, así que era momento de hacer lo inevitable, marcharse de la vida de Nyoko.

Ella ya tenía quienes la cuidaran por él.

Nyoko luego de un largo día de festejos, volvió a su hogar. Debía comentarle a su Obaa-san lo que había sucedido, por lo que primero que nada se dirigió a la cocina para comenzar a preparar la cena.

Desde que Ayumu había empeorado, lo más recomendable era no hiciera esfuerzos, por lo que ella era la encargada de hacer la comida.

Al entrar en la cocina, la encontró totalmente vacía. Era raro. Su abuela siempre estaba allí cuando llegaba, sin embargo no se preocupó mucho y comenzó a hacer la comida. Hoy cocinaría un pescado con vegetales para todos.

Comenzó cortando el pescado por la mitad para luego quitarle parte de las escamas y huesos que pudo. Luego de eso, lavó los vegetales y los cortó en pequeños trozos para luego ponerlos a hervir mientras el pescado estaba en el horno. 

Realmente no era nada difícil, aunque nunca se le había dado muy bien la comida salada. Esperaba que aquella vez le saliera bien, era para poder festejar.

ᴄʜᴀʀᴍᴏʟʏᴘɪ; ᴋ.ʜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora