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El pelinegro observaba fijamente a la peliblanca que se encontraba cenando sentada frente a él mientras se ponía al día con Kinoe, quien ahora tenía otro nombre y era Tenzo.

Nyoko comenzó a reír nerviosamente, había sentido ese par de ojos pegados a su figura desde que habían salido de la aldea. Lo único que deseaba era que si aquel chico, de nombre desconocido, tenía algún problema o duda respecto a ella, se lo dijera pero que por favor dejase de observarla tan fijamente todo el tiempo, lo único que estaba logrando haciendo aquello era que se pusiera aún más nerviosa de lo que estaba.

Una kunoichi de su nivel poniéndose nerviosa por la mirada atenta de un compañero, casi parecía ridículo pero realmente la estaba poniendo más que incómoda.

Con el rostro hecho un fuego corrió su mirada de Tenzo al pelinegro conectado así miradas. La vergüenza estaba insultándola en su interior.

Sin embargo la muchacha de ojos oscuros inhaló juntando todas las fuerzas que pudiera de la naturaleza para poder, por fin, enfrentar a aquel chico que parecía, más que nada, una especie de acosador.

¿Acaso los anbus ahora eran conformados por acosadores de ese calibre?

—¿Ne-necesitas algo?— Preguntó tímidamente.

Tenzo dejó de hablar para observar la escena. Mientras que el pelinegro salió de sus pensamientos y miró a la chica como si no hubiera estado observándola fijamente todo este tiempo.

Ciertamente el único que no había caído en lo que había estado sucediendo todo ese tiempo había sido Tenzo, puesto que Kakashi fue el primero de todos en darse cuenta de lo que su compañero estaba haciendo.

Le hacía preguntarse si aquel pelinegro tenía algún tipo de interés sobre la chica y si debía mantenerlo corto.

—¿Qué relación tienes con Tsukino Ryu?— Preguntó sin más. Tenzo frunció el ceño y miró al pelinegro.

—¿El del libro bingo?— Preguntó ahora Tenzo. El de nombre desconocido asintió.

La peliblanca sintió su cuerpo tensarse y su garganta secarse, hacía ya mucho tiempo que no hablaba sobre su hermano. No había podido sacarlo de sus pensamientos pero, al menos, si había podido evitar hablar de él.

Kakashi comenzó a sentir un interés por la conversación que se estaba dando por lo que se acercó para poder oír más de ella. Nyoko suspiró.

—Es mi hermano mayor. Se fue de la aldea hace muchos años, cuando yo era una niña todavía. Realmente no creo que siga vivo, deberían quitarlo de ese libro.

—Para quitarlo debemos estar completamente seguros de que aquello es así. Después de todo, si no tienes contacto con él no puedes saber si sigue vivo o no.— El pelinegro parecía estar sospechando de la peliblanca.

El Hatake frunció el ceño, no creía que aquella chica estuviera en contacto con su hermano ni de casualidad, jamás se había molestado en buscarlo efusivamente. En cambio, al que sí había buscado efusivamente era a aquel chico que estaban yendo a buscar.

—Porque tenía una enfermedad desconocida.— Suspiró. —Cuando se fue se encontraba estable pero antes de eso casi muere por lo que no me sorprendería que sin sus medicaciones estuviera muerto.

Y lo dijo con tanta calma y paz que los presentes sentían como si la chica jamás hubiera querido a aquel pariente.

La realidad es que cada palabra se le clavaba en el pecho y que su corazón se estrujaba de pensar que su hermano podría estar por algún lado pasando sus últimos momentos en agonía sin que ella estuviera allí para apoyarlo.

ᴄʜᴀʀᴍᴏʟʏᴘɪ; ᴋ.ʜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora