—Quédate quieta, si sigues moviéndote no podré desinfectar bien la herida.
La chica bufó, le ardían horrores aquellas pequeñas cortadas que se habían hecho presentes producto de la última misión que había tenido. Y eso que ni siquiera contaban con tanta profundidad.
Y en cuanto llegó a la aldea con su equipo, el primero en divisarla fue Kakashi.
Sin embargo había visto como Kotetsu inspeccionaba a la chica de arriba a abajo mientras que Izumo le pedía que volviera a su puesto. Ellos fueron los siguientes en divisarla.
El peliplata observó por unos momentos la escena y cuando se decidió caminó hasta ellos, efectivamente la chica tenía algunas manchas de sangre no muy grandes que delataban que se había herido durante la misión.
No pudo evitar sentir un poco de preocupación en su interior debido a ello. Ella más que nadie sabía que debía cuidarse y evitar las heridas a toda costa pero como siempre, la chica dispersa siempre ignoraba aquello.
Entendía que quisiera ser como una persona común y corriente pero su cuerpo no funcionaba como el de una persona así y debía tener aquello en cuenta.
Ella no corría el mismo riesgo que los demás al lastimarse, podía tener una gran infección y perder una extremidad solo por un rasguño simple. Suspiró frustrado, probablemente ni siquiera las había desinfectado todavía.
Entonces le aseguró a Kotetsu que él se encargaría y que volviera a su puesto. Tomó la mano de la peliblanca y la guio hasta su casa. Así fue que llegaron a la situación actual.
Kakashi se encontraba desinfectando cada uno de los pequeños cortes que la chica tenía por todo su cuerpo, ninguno se veía de urgencia como para tener que llevarla al hospital por lo que continuó encargándose de ello, de todos modos tampoco tenía algo que hacer, acababa de enviar a su último equipo a la academia nuevamente.
Colocó un pequeño parche en la herida que estaba limpiando, aquello se encargaría de evitar roces y de mantener desinfecta el área, aquellos parches médicos eran los mejores.
—¿Cómo te ha ido como sensei, Kakashi-senpai?— Preguntó la chica nerviosa.
Estaba intentando generar una conversación para olvidar la vergüenza que le daba que el Hatake estuviera viendo debajo de su remera.
Casi podía sentir escalofríos cada vez que sentía sus dedos cálidos rozar la piel de su espalda, pasó saliva, quizás con una conversación el ambiente incómodo y tenso que percibía podía ser eliminado.
Diablos, era la primera vez que tenía a una persona, que no fuera un doctor, viendo debajo de sus ropas. Sin importar la confianza que tuvieran, seguía siendo incómodo.
Pero había algo, el hecho de que fuera Kakashi la persona en cuestión hacía que sintiera aún más vergüenza por ello. Casi deseaba el hecho de que su cuerpo no resultara desagradable para el hombre, era tonto para ella pensar en ello.
¿Qué importaba lo que un hombre pensara de su cuerpo? Mientras ella estuviera bien con él y le sirviera para pelear, no tenía de que quejarse.
—No estoy seguro de estar hecho para esto.— Respondió.
Quitó una de las vendas que Tenzo le había colocado antes de regresar a la aldea y comenzó a desinfectar el área.
—¿Por qué dice eso?— Indagó.
Kakashi suspiró, no sabía como pero aquella chica lograba hacerlo hablar y soltar información aunque no quisiera.
Seguía sorprendido del gran poder que ella podía tener en él, ni siquiera sabía en que momento Nyoko había logrado tomar control de sus emociones, sus pensamientos y hasta de sus acciones.
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ᴄʜᴀʀᴍᴏʟʏᴘɪ; ᴋ.ʜ
Fanfiction1er Libro de la Saga. Tsukino Nyoko, una kunoichi de un clan casi desparecido, es abrumada por sus sentimientos de arrepentimiento con respecto a decisiones pasadas, sin embargo aquello es lo que la llena de espereza y la alumbra con la luz del perd...