Era como si Hiro fuera siempre el portador de las malas noticias, siempre debía avisarle a Nyoko noticias que sabía que la sacarían de quicio pero mucho más no podía hacer, así era su trabajo como informante secreto.
Sí, Hiro era el informante secreto de Nyoko, todo ese tiempo había estado recolectando información sobre Naruto y Sasuke a escondidas para otorgársela a la muchacha de ojos oscuros; era importante remarcar la parte donde él había casi rogado que le permitiera ayudarla de ese modo, ni siquiera pidió información al respecto, solo se entregó en cuerpo y forma para ser sus ojos y oídos cuando no pudiera estar presente.
La Tsukino accedió tras tener llamando a su puerta al hombre todas las noches a la misma hora, llegando al punto que cocinaba demás para invitarlo a cenar. Lo esperaba siempre a la misma hora, ya ni siquiera debía llamar pues ella abriría la puerta cuando se diera cuenta de que era el momento en el que debía llegar.
El de pelo bicolor no lo hacía con segundas intenciones, sí, estaba perdidamente enamorado de ella pero no se aprovecharía de sus debilidades para tomar ventaja por sobre Kakashi o quien fuere.
Inicialmente, jamás creyó que iba a tener que dar tantas malas noticias, pensó que sería un trabajo mucho más simple. Sumado a lo dificultoso que se estaba volviendo poder seguir a Sasuke puesto que este, al crecer y volverse más atento, podía percibir que alguien lo estaba observando fijamente la mayoría del tiempo; era un niño contra un ANBU, podía ser un poco torpe pero el Uchiha jamás lo había descubierto observándolo.
Naruto era otro caso completamente diferente, jamás se percataba de nada, así que no tenía sentido ocultarse tanto como con Sasuke. A veces hasta se acercaba a él a invitarlo un tazón de ramen, claro que el contrario aceptaría gustoso y compartirían una buena charla.
El problema era que cuando debía comunicar una mala noticia, siempre era algo pesado.
Llamó a su puerta suavemente, el sol ya se había puesto y la luna había adoptado su lugar como solía hacer a esas horas. El cielo oscuro con sus pequeñas luces brillantes y la brisa que acariciaba su piel dulcemente y con un cuidado digno de la madre naturaleza.
Oyó unos pasos dentro de la casa moverse apurados hacia la dirección, esperaba no haber interrumpido un momento importante pues era probable que el peliplata se encontrara en la casa de la mujer, últimamente los veía a cada rato juntos y siendo sincero, no le gustaba para nada. Hiro no se consideraba celoso del todo, tenía una idea de que era lo que le sucedía pero no creía que celos fuera indicado para nombrarlo. Tan solo se sentía menos y eso era lo que le afectaba, claro que no le molestaba que la chica anduviera con otros hombres, jamás se molestaría por algo así, solo se sentía inferior.
Iba a volver a tocar la puerta pero en su lugar, mordió su labio inferior intentando contener los nervios. Guardó su puño en el bolsillo de su pantalón y dio media vuelta dispuesto a irse, ¿Quién era él para interrumpirla?
La puerta se abrió dejando ver a Hinata junto a la dueña de la casa, Hiro se giró al oír el sonido de la puerta abrirse y las observó perplejo. Sabía lo liberal que era Nyoko, como no se dejaba llevar por todos los prejuicios y demás cuentos, pero llevar a su hogar a una Hyuga era demasiado incluso más considerando que se trataba de una menor y tan importante como lo era Hinata.
Suspiró y negó con su cabeza, entendía que quisiera eliminar esos lazos de odio con el otro clan pero esta no era la manera de hacerlo, terminaría creando una disputa aún más grande.
—Hiashi te matará si sabe que su hija está aquí.— Soltó.
Hinata la observó preocupada pero antes de que pudiera hablar, ella respondió.
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ᴄʜᴀʀᴍᴏʟʏᴘɪ; ᴋ.ʜ
Fanfiction1er Libro de la Saga. Tsukino Nyoko, una kunoichi de un clan casi desparecido, es abrumada por sus sentimientos de arrepentimiento con respecto a decisiones pasadas, sin embargo aquello es lo que la llena de espereza y la alumbra con la luz del perd...