44

729 94 25
                                    

Y así había sido, la Tsukino pasó varios días dentro del hospital ya que se encontraba con anemia y debilidad por todo el esfuerzo físico y la pérdida de sangre.

Lo más importante era que había cumplido y hasta superado las expectativas que Danzo tenía en ella para la misión. Aquello era suficiente para que se sintiera mucho mejor de lo que estaba, la hacía feliz y la aliviaba.

En los días que estuvo internada, usualmente era visitada por Hiro o Genma, Asuma y Kurenai se encontraban demasiado ocupados con sus equipos como para ir a visitarla seguido.

Casi había olvidado el hecho de que hace unos días había estado con el presentimiento de que la misión del equipo siete podría salir mal. El dolor de su cuerpo era tal como para poder tapar sus pensamientos.

O bueno, eso habían sido los primeros días, para el momento actual ya estaba mucho mejor y podría salir al día siguiente según lo planeado.

La puerta sonó interrumpiendo su lectura sobre su siguiente misión, hace poco tiempo Danzo había pasado por la habitación donde se encontraba la chica y le había dejado un pergamino ya que se había enterado que saldría al día siguiente.

Estaba de acuerdo con su decisión, ya había descansado lo suficiente y prefería salir a una misión más simple a quedarse en su casa descansando y muriendo de aburrimiento.

El peliplata se hizo presente en el lugar, no hacía mucho que habían regresado y lo primero que supo cuando cruzó la entrada de la aldea fue que la chica se encontraba hospitalizada, Izumo le dio todos los detalles que pudo al respecto.

Por lo que se apuró a dar el informe sobre la misión para poder ir lo antes posible a visitarla.

Quería ocultar su nerviosismo y preocupación, y por suerte lo logró. Pudo mantener su semblante serio y desinteresado durante todo el camino y hasta dentro del hospital.

—Senpai...— Dijo ella sorprendida por su visita.

Él se acercó hasta ella y la despeinó.

—Supongo que no puedo dejarte sola ni un par de días.

Las mejillas de la Tsukino se sonrojaron debido a lo que le había dicho. De solo pensar en Kakashi cuidándola su corazón latía con más furia.

Se imaginó en una situación donde ella necesitara ayuda y el peliplata apareciera para ayudarla y defenderla de quien fuera que la estuviera atacando. Luego le agradecería cuando él la tuviera y brazos y lo llamaría su héroe. 

Sus mejillas se sonrojaron aún más por ello, estaba pensando en tonterías.

Él divisó el pergamino que Danzo le había dejado, lo observaba confundido y con el ceño fruncido, literalmente acababa de volver de una misión y de salir herida en ella, ¿Y ya le había dado otra? 

¡Ni siquiera había salido del hospital!

—¿Por qué sigues aceptando misiones de Danzo?

Había perdido la cuenta de cuantas veces él había intentado tocar el tema con el objetivo de convencerla de que dejara de aceptarlas.

Por lo que Kakashi tenía entendido, Danzo iba con misiones a la chica y ella tenía dos opciones, aceptar o rechazar, por lo que si era bajo su decisión con solo convencerla lograría que se detuviera.

Pero eso era antes.

—Lord Hokage me puso bajo su mando nuevamente.— Aclaró.

—¿Dejaste a los ANBU para volver a Raíz?

ᴄʜᴀʀᴍᴏʟʏᴘɪ; ᴋ.ʜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora