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Nyoko se encontraba regresando a la aldea, agradecía haber tenido muchas misiones en el último tiempo, eso la ayudaba en no tener que ignorar o evitar a Naruto por cuenta propia sino que estaba justificada.

Ya no lo veía al menos cinco veces por semana, se había reducido a con suerte dos o una vez.

Odiaba que fuera así pero el Hokage así lo había pedido y si él se lo ordenaba, a ella no le quedaba de otra que aceptar. Suspiró frustrada. Pudo ver como Hiro y Tenzo se adelantaban dejándola atrás.

Se les veía muy entretenidos, se sintió feliz de que Hiro consiguiera otro amigo, pues nunca se caracterizó por ser alguien muy social.

Puede que con ella fuera divertido y buscara hacerla reír todo el tiempo, o como mínimo sacarle una sonrisa, pero con los demás era distante y serio, justo como era con ella cuando se habían comenzado a conocer.

El Tsukino era realmente reservado pero una vez que entrabas en su circulo de amigos, eso cambiaba un sesenta por ciento.

Pudo ver en la puerta como Kotetsu e Izumo recibían a sus dos compañeros, también pudo divisar que allí se encontraban Genma y Kakashi, supuso que habían ido a hacerles compañía al dueto que cuidaba la entrada.

Por suerte esta vez no le tocaba hacer el reporte, si no mal recordaba era el turno de Tenzo de llevarlo, y lo agradeció porque no tenía ni la más mínima gana de verle la cara a Hiruzen. Intentó evitarlo todo lo que fuera posible, tan solo verlo le daba una gran rabia.

Pero estaba claro que había momentos en los que no podía evitarlo pues se trataba del Hokage.

No dormía desde hacía dos días y medio, su cabeza le estaba matando y sus ojos ardían con la luz del sol. Bostezo, su cuerpo la delataba de todas las maneras, estaba muy cansada y solo podía pensar en llegar a casa y dormir.

Si no fuera porque sus amigos la vieron y la esperaban para saludarla, probablemente se hubiera escondido entre los árboles para irse lo más rápido posible a su casa para así poder descansar como era debido.

Una leve sonrisa se posó en su rostro pero rápidamente desapareció haciendo que su rostro somnoliento volviera a hacerse presente.

Sus parpados parecían ser lo más pesado del mundo, era eso o la gravedad le afectaba aún más en sus parpados para hacer que se cerraran. Pestañeó varias veces intentando despertarse pero el efecto solo duraba unos momentos.

Llegó hasta sus amigos y levantó su mano en modo de saludo.

Volvió a bostezar y cubrió su boca con su mano. Debajo de sus ojos se encontraban unas bolsas bien marcadas y su rostro estaba más pálido de lo normal. Genma se puso detrás de ella y deshizo aquella coleta que tenía.

Se veía demasiado ajustada y además estaba mal hecha. Acomodó el cabello de la chica y le hizo un rodete para que su pelo no estuviera tan tirante y aquello le generara comodidad.

—Gracias Genma.— Agradeció murmurando.

Nyoko apoyó su cabeza de costado en el brazo de Kakashi, que se encontraba a su derecha, y sus ojos comenzaron a cerrarse lentamente. Juraba que podría haberse dormido de pie en aquel momento de no ser por el grito que se escuchó.

—¡Nyokonee-san!— Exclamó Naruto enfadado.

La Tsukino se sobresaltó y se giró, intentó mantener sus ojos abiertos pero le estaba costando. Sus amigos observaron la escena.

—Narutito.— Murmuró sonriendo levemente.

El Uzumaki se dio cuenta casi de inmediato que la mayor no se encontraba con la misma energía de siempre, parecía que algo le sucedía, como si el cansancio en su cuerpo fuera mayor que la cantidad de agua en el.

ᴄʜᴀʀᴍᴏʟʏᴘɪ; ᴋ.ʜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora