Habían pasado dos meses de aquel día en el que ambos se habían unido, desde entonces, su relación había cambiado un poco pero no demasiado.
La realidad es que en la privacidad de sus casas era donde la conducta había cambiado, Nyoko mentiría si dijera que no se habían vuelto un poco más unidos y melosos, sin embargo aún eran amigos.
Sin nombrar que cuando estaban en público o en lo privado con sus amigos, solían ser los mismo de siempre por lo que nadie sospecharía de lo que había sucedido tras una noche de alcohol y festejos. Eso la hacía sentirse un poco más cómoda, si todos supieran lo que había sucedido probablemente no podría verlos a la cara.
Cabe aclarar que tampoco habían vuelto a hacerlo pero si se habían dado uno que otro beso nuevamente. Seguían siendo amigos simplemente, amigos que se besaban de vez en cuando y que se querían como más. Amigos que se calentaban estando con sus cuerpos pegados pero amigos al fin y al cabo.
El día que Nyoko se enteró que Hiro volvería pronto, sintió su burbuja pincharse y la ansiedad invadirla. Sentía que era como si lo hubiera traicionado o le hubiera hecho algo malo.
Sus manos temblaban como nunca lo hacían y estaba segura de que ya había derramado un poco de su té en la alfombra que había colocado en el suelo para que este estuviera menos frío mientras tenían su reunión.
Asuma había notado desde que llegó el nerviosismo en el cuerpo de su amiga, sus manos temblaban y ella parecía perdida, era como si algo la estuviera perturbando.
Estaba esperando que ella hablara y les explicara el hecho aunque tenía sus dudas de si los otros dos presentes se habían dado cuenta siquiera de lo que estaba sucediendo frente a sus narices.
Kurenai y Genma estaban hablando divertidos sobre la juntada que harían con Anko, Kotetsu e Izumo el fin de semana para ir a las aguas termales.
El pelinegro negó con su cabeza, se puso de pie y caminó hasta quedar al lado de la peliblanca. Fue entonces cuando se sentó a su lado y la miró fijamente, allí fue cuando ella notó la presencia de Asuma.
Abandonó sus pensamientos y dejó el té sobre la pequeña mesa que había en el centro para poder mirarlo sin miedo a derramar el líquido.
Su mirada era analizadora, era como si intentara averiguar todos sus secretos y pensamientos mirándola a los ojos. Su estado de nerviosismo aumentó y se sintió como en aquella vez que Itachi se le había quedado mirando toda la primer parte de la misión.
—¿Su-sucede algo?— Preguntó.
Él asintió y los otros dos detuvieron su conversación para observarlos luego de ver aquello. Estaban intrigados sobre que se traían entre manos el pelinegro y la peliblanca.
—Eso es lo que yo me pregunto. ¿Te sucede algo? Estás temblando desde que llegamos y no puedo evitar preguntarme porque.— Explicó.
Nyoko pasó saliva, ya le parecía raro que nadie se hubiera dado cuenta. Suspiró y asintió. Estaba dispuesta a hablar de ello, ellos podrían ayudarla con ello.
—Creo que tengo un problema.
Kurenai y Genma se miraron entre sí para luego mirarla a ella. Ellos no se habían dado por aludidos de que hubiera algún problema así que lo mejor fue preguntar.
—¿Crees?— Dijo Genma. Ella volvió a asentir.
—Hiro está volviendo a la aldea pero siento que le he fallado de alguna forma y no sé que debería hacer con Kakashi-senpai.— Murmuró mientras jugaba con sus dedos.
Los presentes se encontraban confundidos, el problema incluía a dos hombres que no tenían mucho que ver entre sí pero que aparentemente de alguna manera estaban conectados por algo.
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ᴄʜᴀʀᴍᴏʟʏᴘɪ; ᴋ.ʜ
Fanfiction1er Libro de la Saga. Tsukino Nyoko, una kunoichi de un clan casi desparecido, es abrumada por sus sentimientos de arrepentimiento con respecto a decisiones pasadas, sin embargo aquello es lo que la llena de espereza y la alumbra con la luz del perd...