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Algo que había notado luego de la muerte de Obito era que Kakashi ya no era como antes, ahora se comportaba más distante. Lo sabía porque lo había vivido, si bien no la trataba mal, tampoco la trataba como antes de la de muerte de su mejor amigo.

Solía no ser tan amargado y hasta quizás la llevaba en su espalda por un rato mientras jugaban pero ya no más.

Cada vez que Nyoko intentaba acercarse, Kakashi la alejaba lo más que podía.

En cambio, Rin le permitía acercarse. Sin embargo notaba una cierta distancia entre el peliplata y la castaña, estaba segura de que algo había ocurrido además de la muerte de Obito pero al ser un tema tan reciente y duro prefirió no tocarlo.

Además de que sabía de antemano que si comenzaba a nombrar algo respecto al tema, o siquiera de Obito, comenzaría a llorar y no se le entendería nada de lo que diría.

Prefería no hacer pasar un mal momento a sus amigos y quedarse con sus dudas.

Aquel día estuvo siguiendo a Kakashi, sabía que probablemente él ya se había dado cuenta de todo, sin embargo no se molestaba en decirle nada por lo que lo tomó como que realmente no le molestaba lo que ella estaba haciendo.

Estaba mal espiar y acosar a un amigo pero si no lo hacia jamas sabría que sucedía con Kakashi y como estaba lidiando con la muerte de su mejor amigo.

Quería tener un indicio de como ayudarlo, un indicio de como hacerlo reír durante un buen rato para que pudiera olvidarse de que la vida es asquerosamente horrible. Pero nada se le venia a la cabeza.

Lo vio sentarse en una banca frente a un río, ese que pasa por la cercanía de su hogar también.

Nyoko fue lentamente con la intención de taparle su ojo, ya que el otro lo tenia tapado, y bromear hasta que descubra que se trataba de ella.

Pero cuando estaba a punto de saltar para cubrirle los ojos el peliplata se volteo y la observo al rostro, haciendo que esta detuviera sus movimientos de inmediato, un sonrojo notorio se poso en sus mejillas. La habían descubierto.

Kakashi volvió su vista al agua que corría, hacia demasiado frío para estar allí, lo cual tenía sentido pues estaban en invierno.

Nyoko se acercó hasta la banca y se sentó junto a Kakashi, lo observó y pudo ver su rostro comenzando a tomar un color perla, casi blanco como la nieve, por lo que creyó que el contrario tenia frío, así que se quito su bufanda y se la coloco.

Sabía que quitarse su bufanda en una época como esa lograría enfermarla pero realmente quería pasar un solo momento sin pensar en las tonterías de su clan y si se enfermaría o no. Ella decidió que no sucedería, así que no sucedería.

El Hatake observó la bufanda y luego a ella, la verdad es que no tenía frio pero le había resultado tierno el detalle que la niña había tenido con él.

Por lo que se quitó su bufanda, que había quedado debajo de la bufanda de lana de la niña, y se la colocó a ella. Había investigado algunas cosas sobre su clan y sobre lo que mas había encontrado era sobre las bajas defensas que tenían.

Se preguntaba porque ella seria capaz de arriesgarse a enfermarse solo por abrigarlo un poco más a él, a una escoria que no merecía nada.

Se la había pasado alejándola, hablándole corte e ignorándola para que la niña entendiera que no debía quedarse cerca de él pero si algo descubrió es que ella era muy insistente cuando quería, pues seguía y seguía acercándose.

Nyoko sonrió al sentir el calor de la bufanda del Hatake y comenzó a jugar con sus pies dando pequeñas pataditas al aire.

—¿Qué haces aquí? Deberías estar en tu hogar, seguro estarás más caliente allí.

ᴄʜᴀʀᴍᴏʟʏᴘɪ; ᴋ.ʜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora