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La Tsukino iba caminando por la aldea despreocupada, aquel era su día libre y debía reponer los tés que tenía en su hogar ya que ya casi no tenía más. O bueno, reponer los que compraba habitualmente en el pueblo.

Hiro le había prometido que volvería de su misión con unas hebras que había oído a su madre decir que eran deliciosas y que la chica debía probarlas si era una amante del té como ella, fue entonces que Hiro esperó con ansías que le asignaran una misión cerca de su anterior aldea.

Fue luego de unos meses que le fue asignada una misión por las cercanías de aquella aldea.

Quizás no estaría presente para el cumpleaños de su enamorada pero al menos le traería el mejor regalo de todos, así terminaría de ganarse su corazón finalmente.

Estaba casi seguro de que Nyoko sentía algo por él pero que no era lo suficientemente fuerte como para hacer que la chica quisiera iniciar una relación con él, fue entonces cuando se dio cuenta y detuvo sus acciones, prefirió esperar a que ella tomara la iniciativa y no dudara al respecto.

Estaba completamente seguro de que si Reiko estuviera allí se estaría riendo de él como si fuera lo más gracioso del mundo. Pero luego lo ayudaría a idear un plan para conseguir su cometido porque así era ella.

Quizás daba pena y no encajaba bien con su personalidad lo que hacía pero Nyoko valía la pena totalmente, la esperaría todo lo que fuera necesario, por más de que fueran semanas, meses o años.

Nyoko entró a la tienda y compró las especias que no tenía en su jardín como para hacer sus tés, ahora que lo pensaba, debía plantarlas de una vez.

El poco tiempo que tenía para ella había hecho que no tuviera el tiempo necesario como para poder plantar aquellas hierbas en su jardín, si lo hubiera hecho quizás ya no debería ir a comprarlas a la aldea pero no lo sabría hasta comprobarlo.

Al salir de la tienda, divisó a lo lejos a su grupo de amigos hablando entre ellos.

Alzó una de sus cejas mientras se encaminaba a donde se encontraban ellos. Podía ver a Genma, Asuma, Gai, Kakashi y hasta a Anko. Se veían un poco estresados y preocupados así que quizás ella podría levantar un poco el ánimo de todos.

Pero en cuanto la divisaron, todos se movieron nerviosos para luego irse corriendo dejando solo a Genma y a Kakashi allí.

—¿Uh? ¿Qué sucede?— Preguntó curiosa.

Era como si estuvieran jugando a la mancha y ella las trajera, todos desaparecieron como por arte de magia. ¿Quizás olía mal? No, estaba seguro de que aquello no podía hacer, desde que tenía memoria se bañaba seguido, Ryu siempre se encargó de que ella cumpliera las reglas de higiene necesarias.

Su hermano mayor hasta se había encargado de enseñarle lo básico respecto a la regla cuando ella fue llorando a sus brazos exclamando una y otra vez que se estaba muriendo y que quería pasar sus últimos momentos con él.

Tuvo el mejor hermano del mundo, quizás no se lo agradeció como fue debido, le hubiera gustado por agradecerle todo lo que hizo por ella y más.

Genma le sonrió para luego posarse al lado de ella haciendo que abandonara sus pensamientos y posó un brazo sobre sus hombros.

Los tres presentes comenzaron a caminar juntos por las calles de la aldea dejando a la chica completamente confundida, no entendía nada de lo que estaba pasando y porque todos sus amigos actuaban raro.

Nadie le estaba explicando nada, solo ignoraron lo que acababa de suceder frente a sus ojos. Aquello la hizo dudar, ¿Realmente había pasado aquello? Quizás dormir poco la estaba haciendo alucinar.

ᴄʜᴀʀᴍᴏʟʏᴘɪ; ᴋ.ʜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora