ᴄʜᴀʀᴍᴏʟʏᴘɪ; ᴋ.ʜ

49

Los siguientes en pelear serían Lee y ese niño con cara de traumas pero delineado. Rayos, le hubiera gustado poder alentarlo.

Todos miraban a la arena de pelea impacientes pues el pelirrojo era el tema de sus pensamientos, nadie sabía realmente cual era su potencial pero se veía simplemente peligroso, como si tuviera escrita aquella palabra en su frente.

El combate comenzó y lo primero que quedó en claro era que en su calabaza llevaba arena dentro. 

Lee dio el primer golpe pero el tal Gaara se defendió como si nada, o bueno, su arena lo defendió. Luego de ello, el de vestimentas verdes intentó volver a atacarlo demostrando destreza y habilidad en el proceso.

Sonrió levemente, Lee era simplemente excelente, un ninja dedicado y trabajador. Era digno de ser admirado y ella lo respetaba. 

Podía esquivar todos y cada uno de los ataques que producía la arena, era realmente bello a la vista ver un combate tan bueno. Lo vio lanzar unos shuriken pero claro, estos no llegaron al objetivo gracias a la pared de arena que se formó.

—¿Eso es todo? Espero que puedas seguir entreteniéndome.— Dijo Gaara.— No hemos tenido suficiente sangre...— Murmuró pero más de uno fue capaz de oírlo.

La arena se dirigió a Lee y lo tomó del pie. Luego de llevarlo de aquí para allá, Lee cayó al suelo. 

La arena estaba a punto de tomarlo nuevamente pero eso no sucedió debido a que fue capaz de alejarse rápidamente hasta quedar sobre las rocas en forma de sello.

—¡Lee! ¡Quítatelas!— Exclamó Gai.

Nyoko se preguntó a que se refería, ¿Quitarse que? ¿Acaso quería que se quite sus mallas?

—Pero usted dijo que como último recurso cuando la vida de alguien importante corriera riesgo.— Replicó él obediente.

—Es cierto, eso dije pero esta es una excepción.— Justificó levantando su dedo pulgar.

Todos observaron impacientes que mostraran de que demonios hablaban pero claro, nadie quería ver a Lee desnudo por lo que rezaban porque no fueran sus mallas las que debía quitarse. 

El muchacho bajó sus polainas dejando ver unas pesas amarradas a sus piernas. 

"¿Qué demonios Gai?" Se preguntó ella con el ceño fruncido.

Se las quitó a la vista de todos, realmente parecía una tontería pero tratándose de Gai dudaba que fueran unas simples pesas como si nada, algo debían tener sino aquello no era obra de su amigo.

El chico soltó las pesas y estas cayeron al suelo creando un alboroto, sí, era obra de Gai. Nadie más haría que su alumno usara algo de tal magnitud.

Aquello aumentó la velocidad de Lee a niveles casi imperceptibles por primera vez Gaara se veía asustado y confundido por lo que sucedía. El contrario repartía golpes a su alrededor una y otra vez.

Con un poco más de rapidez lograría golpearlo, nunca nadie lo había golpeado.

Abrió un poco más sus ojos por la sorpresa de haber visto a Lee golpear al chico sin cejas, lo había logrado. Apretó su puño en forma de festejo, si no fuera por Hiruzen ya estaría gritándole alientos.

Nuevamente  volvió a golpearlo pero esta vez lo suficiente como para lanzarlo hasta que este cayera al suelo. ¿Armadura de arena? Ese chico era inteligente y poderoso.

La siguiente movida de Lee le resultó interesante, creyó haber visto eso por parte de alguien más, probablemente de Gai. Lo enrolló con sus vendas y lo dio vuelta para que quedara de cabeza al suelo.