ᴄʜᴀʀᴍᴏʟʏᴘɪ; ᴋ.ʜ

24

Todos estos años había estado ignorado el hecho de que no sabía quien era el hijo de Minato y Kushina solo porque el Hokage le había dicho que no podía dejarlo bajo su cuidado porque era muy pequeña.

Pero ahora que el Hokage había revocado aquello, la chica quería saber quien era para poder acercarse a él o al menos cuidarlo a lo lejos. Aunque bien tenía en claro era una grande escusa el tema de su edad ya que tampoco había permitido que otras personas mayores a ellas se hicieran cargo.

No tardó en descubrir que su nombre era Uzumaki Naruto y que era un niño de unos ochos años menos que ella por lo que fácilmente podría asumir un papel de hermana mayor para él. También había descubierto que lo observaban con las mismas miradas de odio que a ella.

No pudo evitar sentirse conectada con el chiquillo debido a eso. Era como recordarse y poder verse.

Ella había tenido a su hermano y a su abuela para enfrentar a todos los de la aldea y a sus rumores pero Naruto no tenía a nadie, no tenía hermano o algún tipo de familia, estaba completamente solo, justo como ella lo estuvo cuando sus compañeros, su abuela, Obito y su hermano habían muerto o desparecido.

Era de mañana pero no demasiado temprano, sabía que si iba muy temprano el niño seguiría durmiendo y no le abriría, llamó a la puerta de Naruto.

Un pequeño niño rubio de ojos azules le abrió la puerta y Nyoko no pudo evitar pensar en que él era igual a su padre, su corazón se encogió un poco al recordar a Minato. Tenía el color de sus ojos y su cabello como los de él.

Lo único es que aún estaba en pijamas.

—¿Quién es usted?— Preguntó Naruto curioso.

Ella se puso en cuclillas para quedar a su altura y le sonrió.

—Tsukino Nyoko, y vengo a invitarte a comer ramen.

Los ojos del niño se abrieron de emoción y su sonrisa se fue haciendo más y más grande. Jamás le había sucedido algo como aquello, todos lo alejaban y lo echaban pero aquella chica quería hacer algo con él.

Y no solo que quería hacer algo con él sino que ese algo era ir a comer ramen.

—¿De veras?— Preguntó.

La chica asintió con la misma emoción aún sonriendo.

—Ve a vestirte, aquí te espero.

El rubio asintió y volvió a adentrarse a su hogar para cambiarse, su prisa por apurarse fue tal que había dejado la puerta abierta pero es que tenía miedo de que la chica se cansara de esperarlo y se fuera dejándolo solo nuevamente.

Sin embargo, cuando Naruto acabó de vestirse, ella seguía allí esperándolo.

—¿Vamos?— Preguntó extendiendo su mano y Naruto la tomó de inmediato para luego asentir.

Por primera vez, Naruto sentía que las palabras de las personas le resbalaban, no entraban en sus oídos y mucho menos se alojaban en sus pensamientos.

Se sentía protegido por aquella chica de semblante potente. Quizás ella podría ser su familia y protegerlo de las personas malas de la aldea, de tal modo que ya no sería maltratado por todos los habitantes de la aldea.

Y aunque no lo supiera, a ella no le molestaría protegerlo de aquellas personas insensibles que se atrevían a atacar a un niño.

No tardaron en llegar a Ichiraku Ramen, hacía bastante que la chica no iba a esa tienda de ramen pero con sus investigaciones había llegado a la conclusión de que aquella era la tienda favorita del Uzumaki.