37

845 96 32
                                    

—Probemos hacer el jutsu fauces de inhalación.— Sugirió ella.

Se levantó del tronco en el que estaba sentada junto a Naruto, lo habían estado observando desde allí, y caminó hasta quedar frente a él.

Con una sonrisa espero su respuesta.

—¿Segura?— Preguntó él indeciso.

Aquel jutsu se trataba de una técnica de absorción de chakra para extraer la energía física y espiritual de otro ninja. Y luego se podría, con el chakra robado, manipularlo y realizar ninjutsus del elemento oscuro. 

Esto permitiría al usuario anular y aprender las habilidades de sus adversarios, y realizarlas como si las hubieran entrenado por años. Además de que no eran necesario ningún tipo de sellos.

Ella asintió con una sonrisa aún más grande.

Hiro podía dominar bastante bien, comparado a como lo hacía antes, el jutsu que servía de preparación para el que usarían así que debía ser capaz de hacerlo funcionar como un amateur.

—Me quitaras un poco de chakra con el jutsu, creo que estás lo suficientemente entrenado como para poder controlar la cantidad de chakra que robarás.— Comentó.— Aún así, ten cuidado.— Pidió.

Hiro no estaba muy seguro de que probarlo en aquel momento fuera lo mejor, ni él se tenía fe.

¿Sería seguro probar un jutsu como aquel siendo que los nervios le podrían jugar en contra?

Tomó un bocado de aire para tomar el coraje de hacerlo. Se concentró lo suficiente y luego activó su poder ocular. No se apuró, quería hacer las cosas a su ritmo, aún si no podía mantener por mucho tiempo el poder.

Su mano temblaba, era obvio que estaba muy nervioso, hasta podía saborear en su boca el presentimiento de que algo malo sucedería.

Puso su mano derecha sobre el hombro de la chica y comenzó a robar el chakra de la misma, pero  el destino escuchó sus pensamientos como si de un deseo se trataran y decidió que algo malo sucedería.

Perdió el control de lo que hacía y para cuando reaccionó de que debía quitarle la mano de encima a la peliblanca, esta se había alejado para luego caer al suelo.

El niño rubio de once años corrió hasta Nyoko para socorrerla inmediatamente. Hiro liberó el chakra que le había robado a la chica sin siquiera darse cuenta, ya que todavía no sabía como entregarlo de vuelta, y desactivó el poder ocultar.

Se agachó pero cuando quiso tomar el cuerpo de la contrario, el pequeño niño no lo dejó.

—Aléjate de ella.— Gruñó.—¿No entiendes que tu fuiste el causante de esto?

La Tsukino tomó el brazo del niño y le sonrió débilmente. 

En realidad no era momento para preocuparse de quien era la culpa, lo necesario era la dejaran descansar un poco.

—Na-Naruto... No es su culpa, yo le dije que lo hiciera.— Aclaró.— Permítele ayudarme.

El Uzumaki miró de mala gana a Hiro y se hizo a un lado para que este pudiera tomarla entre sus brazos dispuesto a llevarla hasta el hospital, no tenía idea de cuanto chakra le había robado pero estaba seguro de que se trataba de grandes cantidades.

De otra manera, no habría obtenido aquel resultado.

Nyoko descansó su cabeza sobre el hueco del cuello del contrario y cerró sus ojos intentando recuperarse.

El mayor corrió junto al niño para llegar más rápido al hospital captando así las miradas de todas las personas que se encontraban pasando por las calles en las que ellos pasaron corriendo.

ᴄʜᴀʀᴍᴏʟʏᴘɪ; ᴋ.ʜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora