ᴄʜᴀʀᴍᴏʟʏᴘɪ; ᴋ.ʜ

11

Les tardó solo otro medio día llegar a la torre, por lo que había cumplido con la prueba exitosamente en un día y medio.

Por suerte el pergamino que habían conseguido era el que necesitaban y no el mismo porque realmente no tenían muchas más ganas de pelear y arriesgar su vida en un lugar innecesario como lo era aquel bosque.

Al cabo de unas horas, los reunieron a todos los grupos que habían logrado acabar en tiempo y forma el segundo examen, eran realmente pocos para la cantidad de genins que habían ingresado a la segunda prueba.

Era verdad, les habían dado un tiempo extremadamente recortado, lo normal era dar cinco días sin embargo a ellos les habían otorgado dos.

Frente a ellos se encontraban sus senseis, el Hokage y el supervisor de la tercera prueba.

—Haremos esto rápido. Deberán pelear hasta que su adversario muera, no pueda continuar o se rinda. En caso necesario detendré el combate y podré decidir si darlo por terminado o no. Eso es todo. Ahora les mostraré el orden en el que pelearán.

El jonin se acercó y levantó una hoja donde mostraban quien peleaba con quien. Hiro encontró en primer lugar el nombre de Reiko, estaba primera a pelear mientras que él estaba último y Nyoko estaba tercera.

Al ver aquel pedazo de papel pudieron notar que había un total de catorce personas.

—Bien, las dos personas que aparecen aquí quédense mientras que el resto vaya allí.— Señaló una especie de balcón para observar.— Y esperen su turno.

Todos asintieron.

Una vez allí, Nyoko le levantó el ánimo levantando su pulgar mientras que Hiro la miró detenidamente, Reiko sintió enormes nervios, aunque al menos sus compañeros no perderían si ella lo hacía.

—Pueden empezar.

Reiko tomó una posición defensiva de inmediato mientras veía cada paso que su contrincante daba.

Pudo notar como este hacía una posición de mano tras otra.

—Katon, Ban no Jutsu.

Y Reiko pudo observar que su enemigo era un usuario del elemento fuego, notó como lanzó hacía ella cinco pequeñas bolas de fuego que salieron de su boca.

La pelinegra hizo lo que mejor se le daba, esquivar, esquivó cada bola como si su vida dependiera de ello. Saltó al aire y rápidamente hizo las posiciones de manos necesarias para su "Fushichou no Jutsu".

Y soltó aquel fénix de fuego de su boca para que fuera directo hacia su enemigo.

Antes de que su enemigo pudiera volver a ponerse alerta luego de esquivar el jutsu que la pelinegra le había lanzado, la muchacha volvió al suelo y realizó las posiciones de manos necesarias para realizar lo que tenía en mente.

—¡Katon, Ryuuka no Jutsu!

Las llamas no tardaron en ir por el suelo directo a su contrincante. Aquel muchacho comenzó a caminar para atrás, pero se tropezó y cayó sobre su trasero para luego cubrir con sus brazos esperando que el fuego llegara y lo quemara.

En su lugar, el examinador detuvo el combate dando como ganadora a Reiko.

Quizás no se había animado a tomar acción durante todo el tiempo que llevaban haciendo misiones pero ya era hora de volverse la mejor versión de ella. Ya no tendrían que seguir protegiéndola, ella podría hacerlo sola.

—¡Eso es, Reiko!

Escuchó gritar a Hiro desde la tarima. Sus mejillas se sonrojaron levemente, jamás se imaginó que su amigo estaría alentando por ella.