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Se rumoreaba el hecho de que en la tarde sería nombrado el próximo Hokage, muchos de los mismos apuntaban al hecho de que el quinto Hokage sería nadie más ni nadie menos que Jiraiya, uno de los tres legendarios Sannin pero también habían algunos que hacían alusión a que él no había aceptado la propuesta que le habían hecho y, en su lugar, se había ido a buscar a la persona que, según él, era la indicada para aquella tarea.

Si no fuera porque se había llevado a Naruto consigo, probablemente no le interesaría tanto que era de la vida del Sannin, sabría un poco sobre eso pero solo por el cargo que tenía debido a que estaba al mandato directo del Hokage.

Desde que Hiruzen había muerto, las cosas se habían vuelto mucho más pesadas entre los ANBU, las diferencias comenzaron a salir a flote y fue necesario tener a alguien que pudiera mantenerlos al margen de la situación, alguien que controlara lo que sucedía a como diera lugar; aquel problema quedó en manos del consejo, es decir, de Utatane Koharu, Mitokado Homura y, por supuesto, Shimura Danzo.

Que un problema pueda quedar en manos de Danzo tan solo significaba que él se querría hacer cargo de la situación.

Y claro que aquel fue el caso, poder tener bajo su mando a los ANBU era algo que siempre había querido, nótese que hasta había hecho una organización como Raíz para que cumplieran aquella función de una manera mucho mejor, según él. 

Tener a Danzo como el encargado trajo otros malentendidos entre los ANBU, incluso discusiones respecto a ello pero todo fue suprimido con sus ANBU de Raíz que se hicieron cargo de poner a cada uno en su lugar como fuera necesario. Él tenía bien claro que debía hacer y como hacerlo, haría lo que fuera necesario para lograr que sus planes salieran como lo tenía planeado.

Quería llegar al poder, lograr ser Hokage de una maldita vez y cederle su puesto a quien más le confiaría el lugar, claro que primero debía encaminarla un poco más para asegurarse de que no echaría todo a perder.

A su parecer, la única persona capaz de continuar con su puesto sería Nyoko.

Un fuerte amor y dedicación por la aldea corría por sus venas, se trataba de una persona sumamente dedicada y perseverante en todos los escenarios, protectora de lo que más amaba y muy capaz de poder enseñarle a los recién llegado; poderosa a grandes niveles y firme cuando la situación lo amerite, capaz de liderar a un arsenal de soldados en medio de una gran batalla, sí, así era ella.

Fue por ello que el primer paso que le dio a su nueva formación era dejarla como superior dentro de los ANBU, sí bien él terminaría decidiendo si ejecutarían un plan o no, ella se encargaría de mantener un orden con la ayuda de Raíz.

Era por ello que se encontraba en su casa tomando un té frente a ella, para felicitarla por el cargo que había llegado a conseguir gracias a sus esfuerzos. Pero ella no parecía estar feliz de ello, en realidad, parecía ciertamente exhausta y devastada de ser quien tuviera ese mando siendo que ella iba a dejar los ANBU y se iría de la aldea gracias al estúpido de Hiruzen, que en paz descanse.

—No creo ser quien deba tener ese cargo.— Murmuró con las manos temblando.— Puedo recomendarle a alguien que podría adoptar mejor el cargo.

—¿Quién?— Interrumpió.— ¿Tu amiguito?— Ella frunció el ceño sin saber si se refería a quien creía.— El otro Tsukino.— Aclaró. Ella no dijo nada al respecto por lo que él procedió.— Ese chico no es capaz, tampoco le tengo la confianza que se debe tener, en cambio, contigo es diferente. Sé que puedo confiar en ti ciegamente, lo sé desde la noche de la...

—Sí, no hace falta que la nombres.— Lo interrumpió ahora ella.— No comprendo el apuro por conseguir un reemplazo para ti, lo entiendo para los ANBU por la situación critica que se pasa pero no para Raíz, ellos te tienen a ti.

ᴄʜᴀʀᴍᴏʟʏᴘɪ; ᴋ.ʜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora