hateful love. ᵗᵉʳᵐⁱⁿᵃᵈᵃ

11

CASSIE'S P.O.V

Los pasillos están fríos a las cuatro de la mañana.
Me aprieto la capa alrededor de los hombros y me estremezco. Quizás esto no sea tan buena idea...

Malfoy me envió una lechuza hace unos veinte minutos, despertándome de un agradable y cálido sueño. La nota simplemente decía: Tenemos que hablar.

Ver a Malfoy es lo último que quiero hacer, pero después de la lechuza no pude volver a dormirme y, bueno, no tengo nada mejor que hacer. Además, no me importará gritarle algo mas.

Camino de un lado a otro tres veces frente a la entrada de la Sala de los Menesteres, pensando una y otra vez que quiero ver a Malfoy. La puerta sale del muro de piedra y la abro de un tirón.

Malfoy se pasea frente a la mesa del centro, y no me pierdo las líneas de preocupación en su rostro que parecen haberse formado durante la noche. Doy un paso hacia adelante con cautela, preguntándome si está enojado conmigo.

Debe oírme entrar, porque mira hacia arriba y corre hacia mí. Se detiene a unos metros y dice apresuradamente, —Cassie, mira, yo...

—Malfoy. —lo interrumpo, parpadeando mientras usa mi primer nombre— ¿Por qué sigues llamándome Cassie?

Esto lo detiene y me mira confundido, —No, yo no... te acabo de llamar Jackson, ¿no?

Niego con la cabeza, sin poder detener una pequeña sonrisa. Finalmente me permito reír cuando digo, —¿Es así ahora? ¿Nos decimos por nuestro nombre de pila?

—¿Qué? ¡No! Quiero decir... no sé... —balbucea, completamente desorientado— De todos modos, quería... uf... disculparme.

Había estado tan lista para enloquecer a Malfoy, lista para gritar por preguntar por Matt y despertarme tan temprano un domingo. Pero ahora, simplemente no puedo. En realidad se ve realmente arrepentido, y me llamó Cassie en lugar de Jackson de nuevo.

Me muerdo el labio y digo en voz baja, —Está bien. En realidad fue agradable, decirlo en voz alta, si eso tiene sentido.

—No, lo entiendo. — responde, comenzando a verse un poco menos culpable e incómodo—supongo que estamos bien.

Doy un paso frente a él cuando comienza a dirigirse hacia la puerta, con una sonrisa descarada en mi rostro.

—No, descubriste algo personal sobre mí, ahora también puedo aprender algo personal sobre ti.

—Uh, Jackson...

Levanto las cejas y digo, —¿Soy Jackson otra vez? Decídete, Dios.

Empieza a verse incómodo de nuevo y sigue moviendo los pies.

Apenas contengo una risa mientras lo miro, viendo lo mucho que quiere salir de aquí, y continúo, —Y puedo hacer la pregunta, como me preguntaste antes.

—No creo…—se detiene al ver mi expresión desafiante. Malfoy pone los ojos en blanco y suspira exageradamente.

Sonrío, orgullosa de mí misma, luego rápidamente me pongo seria, —¿Qué has estado haciendo tanto en la sala de menesteres?

Veo que Malfoy se pone visiblemente tenso, y balbucea demasiado rápido, —Tutoría, por supuesto.

Entrecerrando los ojos, le digo bruscamente, —Sabes a lo que me refiero. Estás tramando otra cosa, entonces, ¿qué es?

Por un segundo, se ve desgarrado, y de hecho creo que me dirá cuando se fuerce, —Solo tienes una pregunta, Jackson— y luego pasa corriendo a mi lado y sale corriendo por la puerta, dejándome frustrada e incluso más confundida que antes.

Estuvo tan cerca de decírmelo, por la forma en que se veía, sé que Malfoy estaba a punto de contarme todo, por qué siempre está tan cansado, por qué pasa tanto tiempo en la sala de menesteres. Pero luego se acobardó y corrió hacia la puerta.

Sintiéndome extremadamente frustrada, también me dirijo a la puerta, decidiendo que no tiene sentido quedarme más.

Averiguaré qué le pasa, pienso con determinación. Incluso si tengo que obligarlo.

~*~

Al día siguiente, trato de ser tan amigable con
Malfoy como pueda durante la clase de encantamientos.

Tal vez, si soy amable, me dirá qué pasa.
Eso, desafortunadamente, es más fácil decirlo que hacerlo.

Malfoy se ríe constantemente de mí mientras intento encantar una pluma para que suelte piernas y camine alrededor de la mesa.

—No está funcionando, Jackson. —dice, intentando, y sin conseguirlo, dejar de reír— Quizás deberías dejarme hacerlo. Ya sabes, ahorrarte la molestia.

—¿Harías eso por mí?—respondo con sarcasmo.
Muevo mi varita una y otra vez a la pluma con frustración—Eso es muy dulce.

—Dios, no le saques el ojo a nadie. —sonríe Malfoy, extendiendo su brazo para detener mi varita. A veces me preocupo por ti.

Finalmente me rindo y deslizo la estúpida pluma hacia Malfoy, sin apenas dejar de poner los ojos en blanco.

¿Por qué no puedo concentrarme?

Normalmente, encantamientos es la clase más fácil para mí, pero hoy no puedo hacer nada bien. Observo mientras toma su varita y le digo desafiante:

—Bueno, tú eres el que me distrae.

—No te estaba distrayendo! —responde Malfoy, colocando la pluma frente a él.

—Mmhm, claro. —digo mientras Malfoy murmura el encantamiento—Me odias tanto que quieres que le falle los encantamientos.

—No te odio.

Malfoy lo dijo de pasada, casi como si realmente no significara nada. Miro hacia arriba y le miro a los ojos en el momento justo, y es como si algo cambiara entre nosotros, casi como si ya no fuéramos enemigos completos, ni solo compañeros de clase.

Ninguno de los dos aparta la mirada durante unos segundos, y sé que Malfoy también sintió el cambio.

No es hasta que la pluma se voltea hacia arriba sobre sus nuevas patas y corre directamente hacia el brazo de Malfoy nos apartamos el uno del otro.

Malfoy se agacha rápidamente para apartar la pluma de su brazo, refunfuñando sobre cómo lo distraí.

Me río suavemente mientras se frota el brazo, fingiendo que le duele.

Tal vez, pienso para mí mientras miro, tal vez esto es lo que se siente ser amiga de Draco Malfoy.