hateful love. ᵗᵉʳᵐⁱⁿᵃᵈᵃ

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Hago todo lo posible para mantener una sonrisa brillante en mi rostro durante toda la Navidad. Después de lo que pasó en el tren, me preocupaba sentirme así por el resto de las vacaciones, pero la sensación desapareció gradualmente una vez que mi madre me convenció de que Luna estaría bien. Ella me dijo que Luna debió haber sido secuestrada por lo abiertamente que su padre apoyaba a Harry Potter, así que solo la mantendrían en algún lugar hasta que él dejara de escribir sobre eso en el Quisquilloso.

Estaba feliz de saber que Luna no iba a ser asesinada.

Aunque sé que Luna está bien, no puedo evitar sentirme inmensamente culpable por lo que pasó en el tren. Debería haberme levantado más rápido para ayudar, para hacer algo. Pero ni siquiera puedo imaginar cómo debe sentirse Neville, no dijo una palabra después de que Bellatrix se llevó a Luna.

Ahora, me muerdo las uñas con nerviosa anticipación, mi corazón late con fuerza de emoción. Es la víspera de Año Nuevo y en unos minutos volveré a ver a Draco. Me he obligado a alejar todas las preocupaciones de Luna solo por esta noche, así que por primera vez esta semana no me siento enferma de preocupación. Dado que Draco decidió quedarse en el castillo durante las vacaciones, teníamos que averiguar todos los detalles antes de que me fuera de Hogwarts. Se negó a decirme exactamente dónde nos encontraríamos, solo que necesito aparecerme en Hogsmeade alrededor de las 11:00 y buscar un edificio negro con un letrero rojo roto. Solo estoy nerviosa porque temo que no podré encontrar el edificio y Draco pensará que lo he dejado plantado.

Suspiro y paso mis dedos por mi cabello por última vez, los números digitales de color rojo brillante en el reloj al lado de mi cama me dicen que son casi las 11. Metiendo mi varita en el bolsillo de mi abrigo, enderezo mi chaqueta y respiro hondo. Rezo para que mis padres durmientes no escuchen el resonante crujido mientras me giro hacia un lado y
Desaparezco.

Cuando mis pies volvieron a tocar tierra firme, la temperatura es mucho más fría que en mi habitación.
Mientras meto mis manos en los bolsillos de mi abrigo, temblando, miro a mi alrededor y veo a la gente pasando a mi lado y los copos de nieve cayendo desde el nublado cielo nocturno. Mis ojos buscan los estrechos edificios a ambos lados de la calle, pero no veo ninguno con un letrero rojo.

Observo a través de las luces brillantes y parpadeantes y empiezo a caminar por la calle, pasando junto a un grupo de magos asombrosos que huelen fuertemente a cerveza.

Veinte minutos después, maldigo en silencio a Draco por no darme mejores instrucciones. Mis pies comienzan a sentirse entumecidos por el frío y mi cabello está húmedo por todos los copos de nieve pegados.
He estado deambulando en Hogsmeade buscando el estúpido edificio todo este tiempo, pero estoy empezando a sentirme seriamente frustrada. Él podría haberme dado una mejor descripción del edificio para que pudiera Aparecer justo fuera de él, pero aparentemente quiere que lo encuentre yo misma. Que imbécil.

Echo un rápido vistazo a mi reloj para ver que son casi las 11:30 y me muerdo el labio con nerviosismo. Llegaré tarde y Draco pensará que he decidido no ir.
En ese momento, levanto la vista de mi reloj para enfocar mi mirada directamente en un letrero rojo frente a un edificio negro en ruinas con un letrero rojo agrietado. Mi respiración se detiene en mi garganta cuando me doy cuenta de que finalmente lo he encontrado y, sin dudarlo, cruzo la calle y me dirijo hacia el edificio.

Subo los escalones helados con cuidado y pruebo la puerta, pero está cerrada. Saco mi varita con dedos congelados y le susurro Alohamora para desbloquearla. El cerrojo se desliza dentro de la perilla de latón, así que rápidamente abro la puerta y entro.

Todo lo que puedo ver es oscuridad, así que enciendo la punta de mi varita mientras cierro lentamente la puerta detrás de mí. El edificio está en un silencio mortal, y estoy demasiado nerviosa para decir el nombre de Draco en caso de que haya alguien más aquí. Me dirijo lentamente hacia las escaleras, la luz azulada de mi varita revela el papel tapiz que se está despegando y el piso de madera desgastado.