hateful love. ᵗᵉʳᵐⁱⁿᵃᵈᵃ

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DRACO'S P.O.V
—justo antes del bosque prohibido—

Las clases del día terminaron, así que me dirijo a la sala común de Slytherin. Estoy exhausto y solo quiero dormir ahora mismo; anoche estuve en la Sala de los Menesteres porque, aunque nunca lo admitiré, extrañaba a Cassie. Pero no terminé durmiendo mucho de todos modos porque el sofá era muy duro.

Murmuro la contraseña del retrato y me deslizo una vez que se abre, decidiendo que iré directamente a mi dormitorio y me iré directo a la cama. Las clases de hoy fueron especialmente duras, así que no quiero nada más que dormir.

Pero no llego muy lejos, Blaise me detiene en mi camino hacia las escaleras hacia nuestro dormitorio, y está claro que se ve bastante nervioso.
—Sal de aquí, amigo. —dice Blaise apresuradamente, tratando de empujarme escaleras abajo.
—Tienes que irte a ltro lugar por un tiempo.

—¿De qué diablos estás hablando? —Le espeto, mi cansancio hace que mi temperamento se encienda —Sólo sal de mi...

—Escucha. Crabbe, Goyle y Flint están ahí ahora mismo y todos están muy enojados por algo. Creeme, querrás permanecer alejado un rato.

Niego con la cabeza enfadado, intentando pero sin poder pasar junto a Blaise.

—¿Y qué? No me importa, estoy agotado...

—No, te lo digo, sal de la sala común. Vas a decir algo poco inteligente y te meterás en otra pelea. —Abro la boca con enojo para argumentar que con gusto pelearía con ellos de nuevo, pero Blaise me interrumpe y continúa— y sabes que los Carrow ya están enojados por la última pelea. Solo déjalos un poco para que se enfríen.

Luego dejo de intentar superar a Blaise, porque me doy cuenta de que habría sido una mentira decir que estaría feliz de luchar contra ellos de nuevo. Finalmente, acepto que él tiene razón, solo diré algo para enojarlos aún más si entro allí.

—Bien. —espeté—Me voy. Pero es bastante complicado que ni siquiera pueda entrar en mi propio dormitorio sin luchar.

Por primera vez, Blaise parece culpable por intentar mantenerme fuera.
—Bueno, sí, pero quiero decir-

—Olvídalo. —Suspiro, volviéndome para bajar las escaleras—Tienes razón, gracias amigo. Nos vemos.

—Vuelve en un momento. —me llama.

Levanto el brazo para hacerle saber que lo he escuchado, sin querer nada más que salir de la sala común. De repente me recuerda lo mucho que mi reputación se ha reducido a nada en los últimos dos años, y la sensación de malestar en la boca del estómago solo aumenta cuando noto las miradas de odio que recibo de otros Slytherins.
Salgo rápidamente por el agujero del retrato, tratando desesperadamente de no parecer molesto por las fulminantes miradas dadas por más de la mitad de la habitación. Con todo el estrés del
Carrows, el Señor Oscuro, y mantener a Cassie a salvo me hicieron olvidar por completo lo odiado que soy por mi propia casa.

No hay ningún otro lugar al que pueda ir, así que me dirijo a la Sala de los Menesteres de mala gana. Haré todo lo posible para quedarme dormido en el sofá de allí, y cuando me despierte me dirigiré a la sala común antes del toque de queda.

Camino frente a la pared y espero con cansancio a que la puerta se materialice. Cierro la puerta detrás de mí e inmediatamente entro, listo para finalmente acostarme y dormir. Este estúpido sofá probablemente me impedirá descansar, desafortunadamente.

Pero estoy tan exhausto y deprimido que me quedo dormido casi tan pronto como me acuesto.

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