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Estoy tan nerviosa que apenas puedo respirar.
Me retuerzo las manos con preocupación mientras bajo las escaleras lo más lentamente posible, dirigiéndome a las mazmorras.

Está a media hora del toque de queda, por lo que no hay muchos estudiantes en los pasillos. Además, con todas estas nuevas reglas, no hay mucho que hacer fuera de nuestras salas comunes.

Toco el mango de mi varita profundamente dentro de mi bolsillo, mi corazón latiendo increíblemente rápido a medida que me acerco más y más a la oficina de los Carrow. He traído mi varita por si acaso, pero ahora me doy cuenta de que no tiene sentido.
No es como si pudiera defenderme.

Estoy en la última escalera cuando Seamus Finnigan aparece de la nada, y patiné hasta detenerme para evitar chocar contra él.

-Lo siento, no fue mi intención. -Me detengo cuando veo la sangre, mi miedo se desvanece para ser reemplazado por una curiosidad nerviosa.

Seamus me mira, tapándose la nariz sangrante con una sonrisa en su rostro.
Doy un paso atrás y pregunto preocupada:
-¿Está... rota?

-Sí. -Responde Seamus con facilidad. Me doy cuenta de que su camisa blanca se está volviendo roja lentamente por su nariz torcida, y tengo la repentina necesidad de vomitar.
-Malditos Carrow.

Sacudiendo la cabeza, digo:
-Bueno, es tu culpa, ya sabes. No tenías que hablarles así.

-Según recuerdo -Seamus sonríe-hiciste lo mismo que yo, Jackson. ¿De camino a la detención?

Nunca me ha gustado mucho Seamus. Mirándolo,
bufé
-Tal vez. Mira, ¿por qué no te apartas del camino y vas a la enfermería?"

-Pero miren nada más, tenemos un gato tan encantador. -continúa Seamus, alzando una ceja con descaro- ¿No quieres quedarte y hablar un poco más?

Intento pasar a su lado, pero está bloqueando el pasillo, lo que aumenta mi frustración.
-No. Quiero terminar con esto.

Seamus suspira y se hace a un lado, respondiendo:
-Prepárate para tu detención, Jackson.

Amycus parecía bastante cabreado.
Poniendo los ojos en blanco, paso a su lado finalmente.
-Creo que puedo manejarlo.

-¿Y Jackson? -Me vuelvo de mala gana al escuchar la voz de Seamus, y él continúa con una sonrisa-Tu labio partido te hace ver diez veces más sexy, no se si estás consciente de eso.

Se ha ido antes de que yo tenga la oportunidad de pensar en algo que decir.

¿Quién diablos se cree que es, hablándome así?

Gruñendo en voz baja, bajo pisando fuerte la última escalera con molestia.

Lo único bueno que salió de chocar con Seamus es que al menos me distrajo de mis preocupaciones por un rato.
Por otro lado, ahora estoy tan preocupado que me siento mal. Amycus le rompió la nariz a Seamus solo por hablar mal durante la lección. ¿Y si me hace algo peor?

Aunque no puedo verme a mí misma, estoy segura de que mi cara se ha vuelto de un tono verde claro.

A regañadientes continúo mi camino, aprieto los labios con fuerza para evitar vomitar por todas las escaleras.
Doblo la última esquina y veo la puerta de la
Oficina de Carrows, pero siento las piernas rígidas y me detengo.

Mis ojos deben estar increíblemente abiertos cuando me doy cuenta de que no puedo hacerlo, no puedo entrar. Me aterroriza lo que sucederá una vez que cruce esa puerta.

Lo estoy mirando, temblando ligeramente de miedo, cuando se abre de repente.
Saltando del movimiento inesperado, me toma un momento darme cuenta de quién está parado frente a mí. Mi estómago prácticamente se desinfla cuando me doy cuenta de que es Amycus Carrow.
Se burla de mí y luego se hace a un lado.
-No te quedes ahí parada, chica. Entra.

hateful love. ᵗᵉʳᵐⁱⁿᵃᵈᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora