hateful love. ᵗᵉʳᵐⁱⁿᵃᵈᵃ

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DRACO'S P.O.V

Aproximadamente una semana después de que Katherine fuera atacada, me despierto en mi dormitorio y encuentro una última de mis padres sobre mi pecho.

Me incorporo con un pequeño gemido, cogiendo la carta en mi mano mientras amenaza con resbalar al suelo. Frotándome los ojos con cansancio, tiro la carta a la basura casi automáticamente.
(Me he acostumbrado tanto a tirarlas todas sin ni siquiera leer ninguna), pero me detengo justo a tiempo.

La luz entra intensamente a través de la ventana junto a mi cama, así que debe ser tarde. Al menos es sábado, por un momento pensé que faltaba a clase.

No hay nadie más en el dormitorio, así que, con aprensión, abro el sobre y miro la letra rígida de mi padre para ver que es sólo una pequeña nota.

Draco,

El Señor Oscuro estará pronto en la Mansión. Vuelve a casa en cuanto llame.

Lucius.

De inmediato, puedo decir que algo anda mal. Esto no es normal, el Señor Oscuro no vendría a la Mansión a menos que fuera una reunión, y Lucius lo habría dicho si fuera el caso. Algo debe estar pasando con el Señor Oscuro; lucius deliberadamente no me dio ninguna razón por la que debería volver a casa.

Mi estómago se revuelve, me levanto de la cama y arrugo la carta en mi puño. Lo tiro a la basura y me dirijo al baño, de repente empiezo a sentir un calor incómodo. Paso las manos por debajo del agua fría del grifo y me mojo la cara.
Secando mis ojos cierro el grifo y me miro en el espejo con inquietud.

Voy a tener que ver a Cassie esta noche, y no solo para comprobar cómo está Katherine.
Tengo la sensación de que si voy a la mansión, no volveré pronto.

CASSIE'S P.O.V

—¿Cómo te sientes?

Katherine levanta la vista del sofá cuando cierro la puerta de la Sala de los Menesteres detrás de mí, luciendo inusualmente pálida y temblorosa. Ella me da una sonrisa débil y dice:
—Hoy no estoy muy bien.

Frunzo el ceño y me siento junto a ella en el sofá, obteniendo una buena mirada de su rostro. Los ojos de Katherine están ligeramente inyectados en sangre y sus labios están casi blancos, su respiración sale de manera desigual. Coloco suavemente la palma de mi mano contra su frente y encuentro que su piel está ardiendo con fiebre.
—No puede ser una infección. —dice mientras retiro mi mano— Las marcas de mordeduras aún están totalmente curadas. No se porque me siento mal.

Mordiéndome el labio con fuerza, me fuerzo a sonreír y miento:
—Hay un par de niños más que también se están enfermando, debes habértelo contagiado. De todos modos, te traje algo de cena. —Saco la servilleta envuelta de mi túnica, entregárselo mientras se sienta lentamente—Lo siento, no es mucho, McGonagall me estaba mirando.

—No te preocupes por eso, Cassie. Gracias.

Katherine abre la servilleta para revelar el pequeño trozo de bistec y un puñado de brócoli. La veo comer solo el bistec, envolviendo el resto de las verduras y diciendo que no tiene tanta hambre. Mi corazón se hunde mientras le quito la servilleta, una sensación de aprensión se apodera de mí. Tratando de ignorar la sensación de inquietud, me siento contra los cojines y hablo con Katherine por un rato, haciendo todo lo posible por aliviar su estado de ánimo.

Después de aproximadamente una hora, Katherine bosteza ampliamente y se recuesta contra el sofá.

—Creo que me voy a dormir. Deberías volver al dormitorio, ya pasó el toque de queda.