hateful love. ᵗᵉʳᵐⁱⁿᵃᵈᵃ

20

Estoy acostada en mi cama, llorando completamente sola, cuando un búho golpea mi ventana.
El sonido no se registra; sé que todos los demás están afuera de luto por la muerte de Dumbledore, así que no espero que nadie regrese por una hora como máximo.
El golpeteo se intensifica y sollozo con fuerza, limpiándome debajo de los ojos.
Me incorporo y miro con ojos rojos e hinchados a la ventana. Al reconocer el hecho de que la criatura es un búho, salgo de la cama de mala gana y me tambaleo hacia la ventana.
Tan pronto como levanto el pestillo, el búho revolotea dentro y aterriza cómodamente en mi cama.
Me limpio los ojos de nuevo aunque sé que es inútil. No creo que pueda jamás deje de llorar.

Dejo la ventana entreabierta y me acerco a la lechuza, sospechando a quién podría pertenecer.
El búho ofrece su pata y mi mente se confunde cuando libero el sobre del cierre.
¿Quién podría estar escribiéndome ahora?
La mayor parte del mundo mágico está desesperado ahora que Dumbledore está muerto.

Lo abro, algunas de mis lágrimas caen y golpean el pergamino. Mis dedos tiemblan ligeramente mientras desdoblo la carta, y el aliento se detiene en mi garganta cuando reconozco la letra.

Draco.

Es un mensaje corto, breve, solo tres palabras, pero mi corazón se me subió a la garganta; esto significa que está bien.

La carta simplemente dice, en los garabatos apresurados y desordenados de Draco: no fui yo.

Para cualquier persona común, esto no tendría sentido.
Sin embargo, sé exactamente lo que quiere decir, y mis lágrimas instantáneamente dejan de caer.

Draco no mató a Dumbledore; alguna otro mortífago debe haberlo hecho por él.
Me muerdo el labio para no sonreír, porque en realidad nada ha cambiado.

A pesar de que estoy débil por el alivio de que Draco esté bien, de que no haya asesinado a nuestro director, todavía estoy tan molesto como antes. Todavía no veré a Draco durante tres meses.
Aprieto la carta contra mi pecho y respiro temblorosamente. Forzando a alejar todos los pensamientos de cuánto extrañaré a Draco, le doy a la lechuza algunas bolitas de comida de Cho, y me acosté en mi cama, la lechuza voló por la ventana abierta.

Las lágrimas siguen cayendo, pero no está tan mal como antes. Froto mi pulgar sobre la superficie lisa de la carta, consolándome extrañamente con la idea de que Draco tocó este mismo papel no hace mucho.

Estoy empezando a quedarme dormido cuando
Escucho muchos pasos entrando en la sala común de abajo.
Un minuto después, el resto de los de sexto año de Ravenclaw entran en nuestro dormitorio.
Me doy la vuelta y veo sus rostros llenos de lágrimas, sabiendo que probablemente no me veo diferente. Luna, Julie y Cho van directamente a sus propias camas, solo me ofrecen una pequeña mirada de simpatía antes de colapsar sobre sus mantas.

Sin embargo, Katherine pasa por delante de su propia cama y se sienta a mi lado aturdida.
Gira la cabeza para mirarme, y sus ojos rojos e hinchados prácticamente reflejan los míos. Katherine me agarra la mano y susurra suavemente: —Dumbledore está muerto.

Por un momento, estoy confundida.
Entonces me doy cuenta de que ella no sabe que yo sabía de antemano, que Draco me había dicho lo que iba a pasar. Miro las sábanas de mi cama, de repente me alegro de que mi rostro esté oculto en las sombras.
Después de otro momento, pregunto en voz baja,
—¿Cómo?

—Nadie sabe exactamente quién lo hizo. —dice Katherine, sollozando un poco—Hay rumores de que los mortífagos entraron a hurtadillas y lo mataron. Cassie, es horrible. Todos están tan molestos que McGonagall estaba llorando.

Esto me sorprende. La idea de que McGonagall realmente llore parece tan poco natural que ni siquiera puedo imaginarlo. Froto el brazo de Katherine para reconfortarlo y respondo con suavidad: "Todo va a estar bien".

Katherine niega con la cabeza, se derraman más lágrimas, pero no intenta contradecirme.
Después de unos minutos de silencio, pregunta en voz baja: —¿Por qué llorabas antes?

Tomo una gran bocanada de aire, mi mente tratando desesperadamente de pensar en alguna excusa. Entonces sé que no importa cuánto lo intente, no puedo mentirle a Katherine. Me muerdo el labio y susurro: —Es Draco. Se fue hoy, y no lo veré hasta el comienzo de nuestro séptimo año.

Katherine suspira y yo aparto la mirada, mis mejillas arden. Digo suavemente: Parece una tontería ahora, ¿no?

—No. —dice Katherine con firmeza—no es una tontería. No para ti, de todos modos. Puedo decir que realmente lo amas.

Si no hubiera estado tan agotada, tan agotada, podría haber derramado algunas lágrimas más. Pero es casi como si me hubiera quedado vacío estas últimas horas de llanto implacable.
Sollozo y asiento levemente.
—Sí. Sí, realmente lo hago.

Nos sentamos juntos durante más tiempo después, sin decir nada realmente.
Finalmente. el sonido de los ronquidos de Luna llena la habitación, rompiendo el insoportable silencio. Después de otro momento Katherine susurra casi en silencio: Se siente como si todos estuvieran muriendo.

Giro la cabeza para mirarla, pero ya no llora.
Su rostro se ve sombrío, tan diferente de su habitual expresión alegre. Le doy un apretón en la mano y respondo con seguridad: Nadie más va a morir.

A pesar de lo que ha pasado esta noche, a pesar de lo mucho que todos han llorado, Katherine da una pequeña sonrisa. La miro, perpleja, preguntándome qué diablos podría ser divertido en este momento.

Luego lo dice, haciendo que mi interior se enfríe con un nuevo tipo de preocupación.
—No estaría tan segura. Con Dumbledore fuera, Hogwarts ya no estará seguro.

En ese momento, no tenía idea de cuán en lo cierto estaba ella.