Capítulo 17.

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  Fue la mejor semana que había tenido en mi vida: Al día siguiente del parque, un lunes, fuimos a una playa en donde simplemente fuimos a leer un rato y donde luego jugamos con Samanta unos minutos en el agua. El martes cenamos en un bar donde tocaba una banda poco conocida que a Pablo le gustaba bastante, había sido una noche fantástica. El miércoles lo había ayudado a entender un par de problemas matemáticos que le habían dado en su carrera, como tenía examen no salimos pero la verdad eso poco me importaba. El jueves fue noche de karaoke, cantamos hasta cansarnos los dos juntos y todos nos aplaudieron un montón. Al llegar el viernes volvimos a ir a ese parque al pedido de Samanta, tenía demasiadas ganas de divertirse nuevamente antes de que éste se fuera. El sábado simplemente caminamos por un bulevar por la noche.

Era realmente increíble que no se nos agotaran las conversaciones, era tan increíble como simplemente sin hacer nada sentíamos que lo estábamos haciendo todo. Pablo me resaltaba cada día lo linda que me veía, y me hacía sentirlo en verdad, destacaba mi simpleza, el hecho de que nunca quería nada lujoso lo cual era verdad, importaba poco el lugar o el lujo, importaba poco cuánto dinero se gastara, así fueran mil o nada, lo que me importaba era pasar tiempo con él, experiencia que disfrutaba mucho. Se comportaba como el caballero que era, no se había sobrepasado en ningún momento como la mayoría lo intentaba a la primera oportunidad que las mujeres creen que les damos, era como un sueño del que no quería despertar, una ilusión que no quería que terminara por ninguna razón, a no ser que fuera porque se convirtiera en amor.

"Mamá:

Ya sé que aún no he recibido tu respuesta pero quiero decirte que me siento muy feliz y que quería que fueras la primera en saberlo, ¡Creo que estoy enamorada! Y sí, seguramente pensarás que fue muy apresurado y quizá tengas toda la razón del mundo, mientras el pecho no me deje de querer explotar de felicidad no voy a preocuparme, y aunque mundo se me desmorone después quiero subirme a esta aventura, necesito vivir por primera vez en mi vida, comenzar a armar mi futuro en el que sinceramente deseo que él forme parte de mi vida.

Se llama Pablo Campos, es el hijo del patrón de esta mansión, tiene un corazón muy bueno, tiene unos valores muy lindos y creo que va a ser una gran persona en mi vida, espero no sea como el idiota de Esteban.

En fin, pronto iré y espero poder dar más detalles, los amo profundamente, besa a Patrick por mí y dale un abrazo a la abuela de mi parte.

Los extraña, Katrina"

El sol brillaba más fuerte, los gritos molestaban menos, el trabajo era menos pesado y cantar era mucho más placentero. Fui a entregar esa carta lo más temprano posible y volví a la mansión antes de darme cuenta. Me puse el uniforme que me correspondía y salí de la habitación para terminar encontrándome con Pablo.

-Buenos días preciosa -Saludó Pablo.

-Buenos días galán, ¿Qué haces aquí? -Contesté.

-Vine a saludarte -Comentó Pablo.

-Pero podrían verte -Murmuré.

-Que me vean, ya no me importa, si la mujer a la que quiero me corresponde -Argumentó Pablo.

No pude evitar sonreír, con mi rostro muy rojo seguramente, agaché mi cabeza hacia un costado y Pablo con su mano volvió a levantarla acercándola su rostro.

-Quiero hacer las cosas bien -Susurró e hizo una pausa- Pero no te puedo explicar con palabras las inmensas ganas que tengo de besarte de una vez por todas.

Mordí mis labios levemente y sonreí.

- ¿Y por qué no lo haces? -Propuse murmurando.

Me besó sin más, despacio y sin prisa, sin miedo a que alguien nos viera, después de todo yo ¿Qué tenía que perder? No le debía nada a nadie y era completamente libre. Sonó el timbre y eso nos interrumpió, me sentía muy a gusto en ese momento, tenía el cielo en mi manos y no me quería bajar por ninguna razón de esta ilusión, me cansé de repetirme que prefería disfrutar el momento sin que me importara lo que después pasara pero la verdad era que tenía mucho miedo de volver a tener a otro "Esteban" en mi vida, me sentía extremadamente feliz, nunca nadie me había besado así, ninguna persona me había hecho sentir tan bien como él lo había logrado. No tenía ni idea de que apenas me duraría un par de segundos más.

Lamento Haberme Enamorado de tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora