Lamento Haberme Enamorado de tí

Capítulo 43.

  Otro de esos grandes días para mi nueva carrera, para esta nueva ilusión que se estaba transformando en realidad estaba llegando, como una bocanada de aire fresco que me alentaba a seguir con el sueño que mi padre me hizo soñar, todo se lo debía a él. Las primeras noches habían sido un furor, euforia, alegría y paz ante todo, aunque todo demostrara un caos entre tanta multitud: A mí sólo me traía paz, me conectaba con todo lo que quería en mi vida.

Esta vez pedí que fuera más temprano porque si no mi fan número uno: Patrick, no podría verme y sinceramente creía que esta vez ya no me lo perdonaría. Era mi quinta presentación, eran cerca de las ocho de la noche, mi hermano sólo podía quedarse hasta las diez así que pretendí que así fuera. Gabriela hoy no estaba, sólo estaba para ayudarme Julián, quien cada vez se comportaba más cortante y odioso conmigo y eso sinceramente no me agradaba ni un poco, sólo me daba ganas de mandarlo al carajo.

-No tienes que estar aquí –Dije.

-Si tengo, Gabriela me lo ha pedido –Argumentó Julián.

-Ve, no le diré nada –Aseguré- No tienes que desperdiciar tu noche aquí. Prometo que Gabriela no se va a enterar, de todas formas salgo en un rato al escenario.

Me paré en ese momento, aun me estaba intentando adaptar al uso de zapatos con taco aguja aunque fueran de poca altura, debían tener unos nueve centímetros de alto apenas, me dijeron que era poco pero para mí era muchísimo. Terminé tropezando y perdiendo la estabilidad por completo, Julián se acercó de inmediato a sostenerme evitando así mi caída, sus manos acabaron rodeando mi cintura y de un momento a otro, sin comprender como, nuestras miradas se encontraron a pocos centímetros de distancia.

Julián tenía como un pequeño lunar en su iris izquierdo, aunque sus pupilas estaban dilatadas y eso apenas podía percibirse, ¡Quería que este papelón nunca hubiera sucedido! Pero al mismo tiempo se sentía tan bien tenerlo cerca, y eso me hacía sentir extraña. Sentí el suspiro de su boca mientras su mirada no se apartaba de mis labios, de a poco acomodé mis pies para poder pararme, y él terminó ayudándome a hacerlo.

-Perdóname –Dijo Julián.

-El error fue mío, lo siento mucho –Respondí apenada.

-Ojalá no te hubiera sacado de mis brazos –Susurró Julián.

- ¿Perdón? No escuché –Contesté fingiendo no escuchar.

-Que me debería haber lavado las manos –Aclaró Julián.

- ¿Y eso por qué? –Pregunté riendo.

-Es que estuve arreglando los cables para el escenario, y podría haber manchado tu ropa –Argumentó Julián.

-Si tú dices –Murmuré e hice una pausa- En fin, debo salir a cantar.

- ¿Te ayudo? –Propuso Julián.

Y sí, la verdad era que podría fingir querer su ayuda para que simplemente lo hiciera, porque esa mirada, esa forma en la que lo hizo: Con esa pasión que se intentaba disimular y que era casi imposible de ocultar, la manera de no dejarme caer agarrándome de la cintura, me dijo muchas cosas que quizá él no estaba dispuesto a decir, y yo tampoco, no voy a negar que se me movieron cosas que no creía que tenía.

Era momento de volver a empezar, de olvidar la posibilidad de volver a tener una relación con Pablo, porque esos recuerdos siempre quedarían grabados en lo más profundo de mi corazón y eso nadie podría cambiarlo: No quería, quería cada recuerdo vivo como si hubiera pasado ayer, era lo único que me quedaría de esa historia.

-No Julián, muchas gracias –Dije.

Él se quedó en silencio sin dejar de mirarme, eso me inquietaba un poco, me intrigaba, me llamaba, pero no era el momento. Me fui al escenario, en primera fila los tenía a ellos, los grandes amores de mi vida por siempre: Mi madre, mi abuela, y Patrick, también estaban otros amores, mis amigos, que deseaba que lo fueran por siempre pero a veces eso no era algo que podría controlar, la familia es para siempre, y aunque a mis amigos los consideraba como tal, tuve que perder muchos en el camino.