Era de noche y de nuevo tenía insomnio, ¿Cómo no tenerlo? Si en mi cabeza no dejaba de dar vueltas cada situación de lo ocurrido. Estaba en el patio, bajo ese lindo árbol, con los brazos cruzados y la mirada totalmente perdida, Pablo se acercó y se paró en frente mío.
-Katrina -Nombró Pablo.
- ¿Qué se le ofrece señor Campos? -Pregunté de mala manera- No son horas en las que esté en servicio.
- ¿Por qué te comportas así? -Consultó Pablo.
- ¿Y de qué forma debería comportarme señor? Si soy la sirvienta -Planteé.
-Para mí eres mucho más que eso -Aseguró Pablo.
-Pues no lo ha parecido -Confirmé.
-Voy a explicarte todo Katrina, lo quería hacer – Dijo Pablo.
- ¿Y cuándo pensabas decirlo? ¿Una vez que ella llegara y no te quedará más opción? ¿Cuándo no pudieras ocultarlo más como ahora? ¡Vete con tu novia! -Pregunté y exigí enojada.
-Es mi prometida -Aclaró Pablo.
¿Cuánto más pretende destruirme señor Campos? Tenga compasión, y deje que me recupere sola lo que usted mismo destruyó, no quiero que me mienta pero tampoco quiero que insista en desarmarme, que otra vez va a costarme armar los cimientos. Le di una bofetada, impulsivamente como no me caracterizaba, ya no tenía nada que perder y la bronca me ganaba.
-Me lo merezco -Admitió Pablo.
- ¡No vuelvas a buscarme nunca! -Exclamé.
-Voy a explicarte todo -Afirmó Pablo.
-No quiero que me expliques nada -Aseguré e hice una pausa- Quiero que te vayas de mi vida y no vuelvas aparecer en ella.
- ¡Es un matrimonio por conveniencia! -Confesó Pablo- La voy a dejar para estar contigo.
-Eso no va a pasar -Comenté.
- ¿Acaso sabes lo difícil que es romper un compromiso de ese tipo? -Planteó en tono alto Pablo.
-No es difícil como lo haces ver. No entiendes mi enojo -Murmuré decepcionada.
-Sí lo entiendo, te engañé -Aseguró Pablo.
- ¡Me mentiste! -Grité- Y yo no te mentí en nada, ahora no te creo ni una sola palabra.
-Kat, quería decírtelo en verdad -Insistió Pablo.
-No me invites a la boda, porque no me presentaré -Advertí.
-Katrina, Kat -Llamó Pablo.
Mientas yo me iba de ese lugar en el que solo quería estar tranquila y alejada de los problemas, me fui muy molesta pero a la mitad del camino no pude evitar partir en llanto. Llegando a la cocina me encontré con Juan quien me vio llorando, quise pasar de ser percibida tapando mi rostro con mi mano pero no lo logré.
- ¿Kat? -Nombró Juan.
Y lo miré, con mi nariz roja como mis labios y mis ojos hinchados.
-No es un buen momento señor Juan -Aclaré.
-Siéntate y cuéntame -Pidió Juan- Me has escuchado muchas veces, es momento de devolver el favor como un amigo.
-No podré seguir trabajando para esta mansión -Sentencié.
- ¿Es problema de dinero? Te daré un aumento del cuarenta por ciento -Propuso Juan.
-No señor, me duele seguir aquí, necesito volver a mi pueblo -Contesté sinceramente.
-Si extrañas a tu familia tómate unos días y luego vuelves -Insistió Juan.
Terminé sentándome en frente suyo, para tratar de explicarle todo y que me entienda, sin dar nombres. Poco a poco mi malestar se fue calmando y poco después terminarían de caer lágrimas.
-Extraño a mi familia pero no es la razón de esta decisión -Aseguré.
- ¿Entonces por qué quieres irte? -Preguntó Juan.
-Me duele el corazón y mientras siga en esta casa, en esta ciudad, me va a seguir doliendo -Argumenté.
-Hija, ¿Y crees que allá no seguirá doliendo? Quédate por favor -Pidió Juan.
- ¿Por qué tiene tanta insistencia en que me quede? -Consulté confundida.
-Me recuerdas mucho al amor de mi vida -Afirmó Juan.
- ¿Le recuerdo a Giuliana? -Pregunté sorprendida.
-No -Negó riendo Juan- Mi gran amor fue otra mujer, el amor de mi vida.
- ¿Y por qué no se quedó con ella? -Consulté curiosa.
Cambiar de tema también me ayudaba a que no continuara insistiendo en mi llanto y evitaba las probabilidades de que mi boca hablara antes de lo que podía pensar las palabras.
-Me tuve que ir lejos en nuestro mejor momento, le había propuesto matrimonio y había sido tan afortunado de que aceptara mi propuesta que ya nada más me importaba que hacerla feliz. Nosotros trabajábamos juntos y éramos muy unidos -Respondió Juan.
- ¿Y no volvió? ¿Por qué acabó casándose con Giuliana? -Pregunté insistente.
-Volví pero ella ya no estaba, sabía que le había roto el corazón de una manera impensada y sinceramente no me sorprendería que lo decidiera así. La busqué por toda la ciudad y le pregunté a todo el mundo pero nadie sabía nada, no había ningún registro de ella, sabía que la habían estafado y había terminado perdiendo todo, la busqué hasta que me cansé pero aun así no logré encontrarla y es algo que lamento hasta el día de hoy -Contó Juan.
- ¿Cuándo se rindió? -Insistí- ¿Por qué se fue y la dejó?
-Jamás me rendí, aun la sigo buscando sin éxito. Mi familia me había llamado con urgencia y yo no entendía nada, querían que me casara con una muchacha cuyos padres eran muy amigos de los míos para salvar su honor pero me negué, no iba a arriesgar mi futuro con mi amor por ayudar a alguien que cometió un error, donde yo no era responsable -Comentó Juan.
-Entonces no se casó con ninguna y perdió a las dos -Planteé e hice una pausa- Me iré en unos días señor Juan, no hay opción.
-No quiero que te vayas, por favor -Suplicó Juan.
- ¿Por qué? -Pregunté más confundida.
-Porque me recuerdas a ella y tenerte cerca es como poder ver su imagen todos los días -Argumentó Juan.
Me alejé un poco de él, eso realmente me había asustado.
-Sam era una mujer especial -Aseguró Juan.
La sangre se me heló, no podía creer lo que estaba escuchando, ¿Sam? ¿Acaso estaba nombrando a mi madre? Parecía una pesadilla.
-Sam Iglesias -Murmuré.
- ¿La conoces? -Preguntó Juan sorprendido.
-La ha nombrado -Confirmé nerviosa.
-No dije su apellido -Argumentó Juan.
-Si, creo que no se dio cuenta -Insistí.
-Puede que tengas razón -Admitió al fin Juan.
-Entonces, ¿Usted es Ignacio Orozco? -Pregunté confundida.
-Claro que sí, mis hijos son Campos Orozco, Giuliana prefirió su apellido primero -Comentó Juan.
Todo parecía una pesadilla, me había enamorado del hijo del hombre que tanto daño le provocó a mi madre, de aquel que la traicionó y le robó todo su dinero. No quería estar cerca de ellos pero ahora entendía que debía quedarme hasta lograr recuperar lo nuestro o que al menos mi madre recibiera una explicación. Está mansión nos pertenece, esta vida también, nos robaron la vida.
-A veces te toca quedarte con la persona que más te ama a ti y no a la que más amas -Murmuró suspirando Juan, o Ignacio, ya no lo sé.
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Lamento Haberme Enamorado de tí
RandomCuenta la historia de Katrina, un alma rebelde que nunca sigue las reglas, viaja en busca de trabajo a la ciudad, aunque dentro de sus razones también se encuentra la venganza, luego de un par de días de búsqueda y sobreviviendo con lo poco que tení...