Capítulo 44.

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-Buenos días –Dijo Julián.

- ¿Qué? –Pregunté gritando- ¿Enserio me fui contigo?

-Lo dices como si hubiera sido lo peor del mundo –Contestó Julián.

-Sí, quisiera morirme en este momento –Mascullé.

- ¿Qué dijiste? –Consultó Julián.

-Dime al menos que no pasó nada –Pedí.

- ¿Nada de qué? ¿A qué te refieres? –Preguntó haciéndose el confundido.

-Ya sabes, eso –Insistí.

-No te entiendo –Dijo riendo Julián.

- ¡Sí me entiendes! –Exclamé- Si te estás riendo.

-No, te juro que no –Respondió Julián.

Y no pasaron ni cinco segundos hasta que volvió a reírse, como burlándose de la situación que me estaba preocupando tanto.

- ¿Dónde está el vestido que llevaba anoche? ¿Cómo es que tengo esto puesto? –Pregunté preocupada.

-Anoche te lo he quitado –Insinuó Julián.

- ¿Qué estás diciendo? –Grité y me sujeté la cabeza- No puede ser, no puede ser, no recuerdo nada.

-Tranquila, no es tan grave –Argumentó Julián.

- ¿Qué no es grave? –Pregunté muy alterada- ¿Acaso lo hicimos?

- ¿Hacer qué? –Consultó calmo Julián.

Y sus planteos idiotas me sacaban de quicio ya que estaba bastante segura de que entendía perfectamente a qué me estaba refiriendo. Tenía ganas de pararme y golpearlo pero no era momento para empeorar las cosas.

- ¡Deja de comportarte como un niño! –Exigí- ¿Hemos tenido relaciones?

Julián se quedó en silencio, como intentando desafiarme en algo que no tenía sentido.

- ¡Contesta! –Exclamé.

-No –Confirmó Julián- Sólo te cambié de ropa para que durmieras más cómoda.

- ¿Tanto alcohol tomé? –Consulté.

-Sí, tanto –Contestó Julián.

-No voy a tomar más –Murmuré.

-Todos dicen lo mismo, pero ahí están en otra fiesta con otro vaso de alcohol –Afirmó Julián.

Y en ese momento se me vino una idea a la cabeza que comenzó a inquietarme bastante.

-Dime que no estamos en tu casa –Pedí- Dime que ni tu madre ni tu hermanito están aquí a solo unos pasos.

-Estás en mi casa, en mi cama, y con mi ropa –Aseguró Julián.

- ¿Qué? –Pregunté sobresaltada.

-Mi madre está por traernos el desayuno –Respondió Julián.

-Esto tiene que ser una broma –Dije- ¿Cierto?

Julián empezó a reírse, quería golpearlo por estar comportándose de esta manera.

-Te ves tan tierna cuando te enojas –Comentó riendo Julián.

- ¿Tierna? ¿De verdad? –Pregunté.

-Estamos en el estudio, en el departamento de arriba –Afirmó Julián.

-Gracias a Dios –Dije y suspiré- Debería irme, mi familia debe estar preocupada.

Lamento Haberme Enamorado de tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora