Capítulo 24.

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  Hice lo que me había pedido, me senté en mi cama con los dedos de las manos entrecruzados al frente mío, estaba tan nerviosa que mis piernas temblaban y mi estomago hacía unos ruidos vergonzosos, hubiera preferido sinceramente jamás tener que llegar a contarle esto. Ella entró y cerró la puerta, se sentó de una forma que lograba verme de frente y puso su mano derecha sobre mi rodilla.

- ¿Qué pasó? ¿De qué quieres hablar? -Preguntó Sam.

-Es algo que pasó en la ciudad -Comenté

- ¿Quieres tener tu primera vez? -Planteó Sam.

Y yo me alejé de inmediato, ¿Acaso eso expresaba mi rostro? ¡Qué vergüenza!

-No -Negué rápidamente.

-Perdona hija, eso primero que se me ocurrió -Manifestó Sam.

-Está bien, quizás exageré -Comenté.

- ¿Qué pasó entonces? -Preguntó nuevamente Sam.

Suspiré profundamente intentando tomar fuerzas.

- ¿Estás embarazada? -insistió Sam.

- ¡No! -Exclamé.

Cada vez sus preguntas eran más confusas y extrañas ¿Primera vez? ¿Embarazada? ¡Mi madre se estaba volviendo loca!

-Dime de una vez así no continúo sacando conclusiones absurdas y apresuradas -Pidió un poco molesta Sam.

-Está bien -Dije e hice una pausa- He encontrado a Ignacio Orozco.

Así sin filtros, porque si no ya no podría decirlo más.

- ¿Qué? ¿Cómo lo encontraste? -Preguntó Sam e hizo una pausa- ¡Te pedí que no revolvieras el pasado Katrina!

-No lo hice -Aseguré.

- ¿Entonces por qué lo buscaste? -Consultó Sam.

-Tampoco lo he buscado -Contesté.

- ¿Y me vas a decir que la vida te lo presentó así nada más? -Planteó Sam.

-Él es mi patrón, yo fui a trabajar a la mansión Campos, hace poco me enteré que él era él -Conté.

-Es imposible, te debió haber mentido -Dijo Sam sin creerme.

-Juan -Comencé a decir y me retracte- Quiero decir, Ignacio, te propuso matrimonio y luego desapareció, me contó que volvió y que no encontró nada, me contó que alguien te había estafado y por eso la empresa ya no estaba.

- ¡Pero si él fue quien me estafó! -Exclamó Sam- Mentiroso engreído.

Sam hizo una pausa en la que pensó un poco más.

- ¿Le dijiste que eras mi hija? -Preguntó Sam- Porque si no dudo que te lo haya dicho.

-No le dije quién era mi familia, después de todo te conoce con tu apellido de soltera -Contesté.

Sam continuó pensando un poco más, muchas dudas acompañaban sus pensamientos.

- ¿Y entonces porque te dijo eso? -Consultó curiosa Sam.

-Me hice muy amiga de él, una conversación llevo a la otra y terminó diciéndome que su mujer Giuliana no era el amor de su vida, sino que era una mujer llamada Sam -Conté.

- ¿Y por eso me estafó? ¿Por eso no me buscó? ¿Por eso escapó? -Planteó molestar Sam- ¿Y aun así le creíste? Te creía más inteligente Katrina.

-No le he creído ni media palabra -Manifesté.

Nos quedamos un momento más en silencio, Sam suspiró profundamente y comenzó a caminar de un lado al otro sujetando su cabeza con las manos, ahora debía confesar la peor parte. Yo también tomé el valor que pude.

Lamento Haberme Enamorado de tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora