Capítulo 59.

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  Lloré toda la noche, parecía que era una niña pequeña. Mi vida estaba totalmente destruida y en el caos más grande que nunca antes había tenido. Me dolía todo, sentía como todo pesaba cada vez más y no encontraba manera para cortar tal lazo que me estaba provocando esto. Miré al cielo en esa noche estrellada pidiendo consuelo, pidiendo ayuda, porque sinceramente no sabía cómo continuar de esta manera, debía hacerme la prueba para sacarme esta maldita duda.

Me la pasé de esa manera una semana, sin ánimo de casi nada, no salí prácticamente de mi casa ni siquiera para llevar a Patrick al colegio, Naomi intentó animarme, pero ni de esa forma terminé consiguiéndolo. Mi abuela sabía recordarme siempre que podíamos sentirnos mal por un periodo corto de tiempo pero que luego debíamos levantarnos con mucha fuerza, la mayor cantidad que pudiéramos conseguir, ningún mal duraba para siempre.

No encontré ningún tipo de consuelo, no sabía cómo armarme después de esto, solamente quería llorar abrazada a mi almohada, quería que de esa forma todo el dolor se borrara, pero sabía que no sería tan sencillo. No entendía nada, no logré ver cómo había llegado a este punto. Lo único que necesitaba era paz, volver a comenzar, y no sabía cómo podría hacerlo.

Logré dormirme después de todo, me levanté igualmente temprano para amasar los panes, quizá de esa manera lograría distraerme lo suficiente como para no pensar. Era momento de ocupar mi cabeza en cosas productivas.

Me fui a trabajar, vendí los panes con el mejor ánimo que pude, puse todo mi esfuerzo en ello. Llevaba ya unos veinte vendidos, al ser un poco más conocida por los shows solía volverse más fácil completar los días. Me lo volví a cruzar ahí: Era Julián.

- ¡Kat! ¡Kat! –Gritó Julián.

Me giré, aun podía sentir su mano en mi garganta, traté de caminar rápido entre la gente con el fin de no volver a encontrarlo, pero no pude hacer mucho: Antes de poder darme cuenta ya lo tenía enfrente mío, con un ramo de flores y un chocolate en sus manos, con esa cara de cachorro arrepentido.

-Kat, hablemos –Pidió Julián.

-No tengo nada que hablar con usted, señor Miller –Sentencié.

-Vamos mi amor, el otro día la estuve pasando mal, no quise hacerte daño, te pido disculpas –Respondió Julián.

- ¿Y crees que, por traerme unas flores y un chocolate, vas a poder cerrar las heridas que armaste? –Planteé.

-No –Negó Julián e hizo una pausa- Sé que no me comporté de la manera que correspondía, haré todo lo posible para recuperar tu confianza.

Suspiré, pasé la lengua por mis dientes por alguna razón y lo volví a ver riendo suavemente.

-Eso no va a volver a pasar –Afirmé.

-Claro que no, no volveré nunca a hacerte ningún tipo de daño –Aseguró Julián.

-No me refiero a eso –Refuté e hice una pausa- Yo no volveré a confiar nunca en ti. Y si por esas casualidades de la vida yo llego a estar esperando un bebé tuyo, no te voy a obligar a que seas el padre que dices que no puedes ser.

-Confío en ti, sé que no me has sido infiel –Insistió Julián.

Pero eso no lo dijo el otro día señor Miller.

-Necesito tiempo –Dije.

- ¿Estás segura de que estás embarazada? –Preguntó Julián.

-No –Afirmé- Aún no he hecho la prueba.

- ¿Por qué? ¿Qué estás esperando? –Preguntó Julián.

- ¡Que sea una mentira! –Exclamé- Eso es lo que quiero en este momento, cuando tenga las agallas suficientes lo voy a confirmar.

Lamento Haberme Enamorado de tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora