Me fui de la cabaña sintiéndome tan extraña, tan distinta, no podía sentirme yo misma, parecía imposible, era como si un vacío me estuviera consumiendo por dejar fluir esa pasión que me costó encender pero que acabé haciendo que ardiera, era verdad que no fue del todo en contra de mi voluntad pero si hubiese sido por mí, hubiera esperado mucho más tiempo: Era algo normal para gran mayoría de las personas conocer y "consumar el acto", "Cerrar el trato", entre dos personas que eran pareja o pretendían serlo. Sin embargo, yo sentía que era algo imposible de que me pudiera acostumbrar, podía adecuarme, a intentar sentir placer sin sentir ningún otro sentimiento. Pero ¿Cómo podían comparar el bienestar que generaba ese acto cuando se estaba enamorado de la otra persona con algo esporádico o casual? ¡Eran un mar de diferencias!
De todos modos, eso me ayudó a querer apostar a esa relación, para ver si podía volver a sentir y tal vez de ese modo, lograrme olvidar de Pablo y de esa relación que está prohibida, ¡Somos hermanos! Me hubiera gustado saberlo a tiempo antes de haberme acostado con él. Era anti ético, pero no lo podía ver como a un hermano, no ves como tal a quién te hace sentir estar a la par de las estrellas, a quien te enseña a sentir.
A veces solía pensar que el destino estaba empecinado en jugar conmigo y mis sentimientos, cada vez que lo pensaba un poco más, más confundida me sentía: Me enamoré y tuve relaciones con mi hermano, viví la leucemia de Samanta junto a ella sin saber que algo nos unía, tuve muchos desayunos con aquel hombre que me concibió y que sin él yo no estaría aquí, viví como sirvienta en una casa en la que debía vivir como hija, en donde no sólo se llevaron el dinero que le correspondía a mi madre según ella, sino que también Sam fue abandonada por Juan cuando me estaban esperando. Abracé a mi pequeña hermana Samanta tantas veces, la peiné, la acompañé, pensando simplemente que no tenía nada que ver conmigo, aunque el hecho de haberle podido donar médula en ese momento que la requería me hacía entender la compatibilidad que teníamos, le había salvado la vida a mi sangre sin saber que lo era. Generalmente no había días en los que no pensara en ello, quizás debía dejar de pensarlo.
-Hola cielo –Saludó Julián.
Luego de que entrara al estudio de grabación.
-Hola amor, ¿Cómo estás? –Pregunté.
Él se levantó de su asiento y me besó levemente, me generaba bastante vergüenza pero esa sensación no se debía quedar en mí, pues se suponía que entre nosotros sólo debía existir confianza.
-Bien, ¿Y tú? –Contestó Julián.
-Yo bien también, ¿Está Gabriela? –Consulté.
-Sí, puedes pasar –Aseguró Julián.
Asentí con mi cabeza y abrí la puerta que me llevaba a la sala de grabación una vez que golpeé para anunciarme y me permitieron el paso. Gabriela me saludó abrazándome como siempre lo hacía, se la veía más eufórica que de costumbre.
- ¿A qué se debe tanta euforia? –Pregunté.
- ¡Las redes explotan! –Exclamó Gabriela.
- ¿Las redes? ¿Qué redes? –Pregunté confundida.
-Lo cargaré en tu móvil para que lo puedas ver cuando quieras –Comentó Gabriela e hizo una pausa- Las personas te adoran, piden que anunciemos donde vuelves a tocar para poder ir a verte, es increíble lo rápido que te estás haciendo famosa, yo creo que es por ese video tuyo cantando en el jardín de esa mansión.
Irónicamente, una situación que me hizo ver en ridículo, ahora me está dando una fama indescriptible. Gabriela no mentía, hasta me habían hecho un club de fans, y no llevaba ni dos meses cantando para un público, y en apenas siete semanas estaría abriendo el show de una gran artista, aunque no estaba segura si les agradaría verme ahí ya que no era a mí a quien irían a ver.
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Lamento Haberme Enamorado de tí
RandomCuenta la historia de Katrina, un alma rebelde que nunca sigue las reglas, viaja en busca de trabajo a la ciudad, aunque dentro de sus razones también se encuentra la venganza, luego de un par de días de búsqueda y sobreviviendo con lo poco que tení...