Al salir de la sala de juntas lo primero que hice fue traer a pasear a Silver. En el lago en el que estuvimos mi hermano y yo hace un par de días.
Dos guardias han venido conmigo, pero se han retirado un poco para darme espacio.
Estoy sentada a la orilla del lago mientras veo como Silver intenta atrapar una abeja brincando por todos lados.
No sé como debería de sentirme, creo que por fin he hecho lo correcto, pero siempre alguien me está cuestionando. No entiendo que hago mal.
Si no hubiera aceptado casarme con Vincent me dirían que estoy haciendo todo mal, que debo casarme, tener hijos, tener a un rey a mi lado para ayudarme. Como si no pudiera sola.
Pero ahora que hice lo que querían hay unos pensando que mi prima enfurecerá cuando se entere que el país quedará en manos de Vincent y no de ella. No veo el problema, hicimos un trato. Yo daré todo por ayudar a España y Vincent dará todo por ayudar a Francia, creo que es justo que al tener un heredero sea quien tome cargo de ambos países a falta de uno de nosotros, pero si no hay un heredero nuestro esfuerzo invertido en el país del otro debería traer el beneficio de quedarnos con el poder que antes le pertenecía al otro, Vincent con Francia en el caso de que muera, y yo con España en el caso de que él muera antes
El sonido del trote de un caballo me saca de mis pensamientos. Retiro la mirada de Silver y giro hacia la vereda que da al bosque.
Mi hermano viene sobre su yegua. Al verme tira las riendas del caballo para que se detenga frente a mi.
Baja y me ofrece una sonrisa pero al instante se borra.
-¿Ahora qué te hicieron?- frunce el ceño.
Lo miro pero luego paso la vista a los guardias detrás de él. Keith parece notarlo así que se voltea entregándole el caballo a uno de ellos.
-Regresen a la corte, yo puedo cuidarla-dice mi hermano.
Los guardias asienten cuando Keith les muestra llevar su espada y por fin se retiran.
Mi hermano se sienta junto a mi y me pide de nuevo una explicación. Así es como comienzo a contarle todo lo que sucedió dentro de la sala de juntas.
-¿Haz pensado alguna vez- comienza a decir después de un momento de silencio- qué pasaría si hubieras tenido un hermano menor?
-El trono sería para él- respondo segura- Podrá ser menor pero el país necesita a un rey fuerte no a una reina indefensa e insolente.
-Pero es divertido cuando eres insolente- dice haciéndome reír- Hace las cosas interesantes en la corte, no hay historia si no hay drama.
-¿Historia de qué?- alzo una ceja.
-Elissa Vinsonneau, reina de Francia- dice con voz grave-La joven que lo tenía todo, riqueza, belleza, y el mejor hermano de todos.
Ruedo los ojos-Me atrevería a negar todo menos la parte del mejor hermano.
Sé que podría tener lo que cualquiera desea, pero no se siente como que sea verdaderamente mío. Las posesiones materiales no sirven de nada si sigo sintiéndome sola.
-Elissa, regresando a lo de tu matrimonio- se aclara la garganta- Hagas lo que hagas yo estaré para ti. Si tienes un problema te ayudaré a resolverlo.
-No tienes que hacerlo.
-Tú tampoco tienes porque guardar mi secreto y aún así lo haces- dice mirandome a los ojos- No tengo porque guardar el tuyo y lo hago. No tienes porque defenderme de Marie y lo haces. Entre ambos hacemos muchas cosas que sabemos que no estamos obligados a hacerlas, pero aún así queremos ayudarnos.
Toma mi rostro con firmeza y me acerca para dejar un beso en mi frente.
-No importa lo que pase, siempre serás mi hermana- rodea mi cuello con su brazo y me atrae hacia él-En esta vida o en la siguiente prometo cuidar de ti.
•••
Ha pasado un rato desde que estamos aquí. Silver se sentó junto a nosotros desde que perdió a esa abeja.
Keith y yo nos quedamos en silencio, disfrutando de la compañía uno del otro. Creo que me quedé dormida un tiempo porque de estar ambos recostados viendo las nubes, no me di cuenta cuando Keith volvió a sentarse para jugar a traer la bara con mi perro.
Me incorporo de nuevo y mi hermano me mira con una sonrisa sin mostrar los dientes.
-¿Y tu prometido cuando piensa presentarse ante mi? El ultimo recuerdo que tengo sobre él es cuando tenía siete años.
-¿Recuerdas cuando vinieron a hacer el trato de matrimonio?
Asiente- Era un niño regordete, su cabello rubio hasta las orejas y las mejillas tan rosadas que parecía una manzana. ¿sigue luciendo así?
-Es guapo- me encojo de hombros- Sigue siendo rubio, pero ahora es delgado y de mi estatura.
Ríe-Espero que su actitud también haya mejorado, recuerdo que solo sabía pedir más y más cosas, y aún más frente a mi sabiendo que yo no tenía nada de lo que él si.
-Tenías muchas cosas, Keith.
Asiente-Pero cada vez que jugabas conmigo a un juego de niños, Marie escondía mis juguetes para que dejara de invitarte.
-Mi madre te quiere.
Una carcajada limpia sale de mi hermano. Nada corta, fue como si en verdad hubiera escuchado lo más gracioso de su vida
Sabía que no lo creería aunque se lo dijera.
-Es más creíble decir que yo llegaré virgen al matrimonio.
Me hace gracia el hecho de que mi hermano hable de estas cosas sin ningún tipo de pudor.
Supongo que lo prohibido siempre es algo interesante en una conversación; y la existencia de ambos es algo que entra en lo prohibido para el Vaticano.
Vuelve a reír pero ya no digo nada, simplemente le sonrío sintiéndome agradecida por tenerlo conmigo.
No sé que haría sin Keith.
******
Dicen que almas gemelas o almas compañeras no siempre vienen en una relación amorosa
![](https://img.wattpad.com/cover/248223644-288-k82524.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Perfecta creación
Historical Fiction¿Eres fiel a tus ideales o a tu rey? ¿Qué soportarías para proteger a los que amas o incluso a ti misma? ¿Hasta donde llegarás antes de romperte en mil pedazos? Sara, una mujer que vive en 1912 se encuentra encerrada en un manicomio relatando su vi...