53. Vas a caer desde la cima.

5 1 0
                                    

El estruendo de la puerta me hace despertar, en cuanto veo a Vincent parece que mi sorpresa desaparece pero el miedo no, se nota que se ha pasado de tragos y ya sé lo que me espera.

-Elissa- dice entre dientes-Acompáñame.

Frunzo el ceño-¿A donde?

-¡¡Levántate, maldita sea!!

Hago lo que pide algo dudosa.

Desde que acabó el banquete decidí volver a la habitación y dormir. Vincent se quedó con los duques celebrando con unas botellas de vino. Creí que sería igual que siempre que llega ebrio, se recostaría a mi lado y comenzaría a tocarme, pero no entiendo a donde me lleva. Trae una vela en su mano derecha y con la otra toma mi mano para guiarme hacia donde sea que quiere que vaya. La madera bajo mis pies cruje mientras que las pisadas de Vincent con sus botas son fuertes y hacen eco en los pasillos.

Hay algo extraño en todo esto.

Lo es aún más cuando vamos bajando las escaleras al calabozo. ¿Por qué tenemos que venir aquí a estas horas de la noche? ¿A quién vengo a visitar? ¿Mirari? ¿Mi madre?

Cada escalón que bajo algo en mi estomago comienza a revolverse, en mi pecho siento una presión extraña que no me deja respirar con normalidad. ¿Qué hacemos aquí?

Al bajar el ultimo escalón noto que el lugar está iluminado por varias velas, eso nunca pasa por aquí, a menos que haya algún preso, cosa que no hay por ahora.

Noto que hay unas personas esperándonos. Varios guardias, Amaral, el duque Byron y Catherine llorando en silencio mientras lleva a Anette en sus brazos.

-Vincent, ¿qué es esto?- pregunto titubeante.

Vincent no responde. Solo le hace una seña a los guardias y estos toman a Catherine por los hombros.

Intento dar un paso a ella pero Vincent toma mi brazo con fuerza.

Catherine está temblando y abraza con tanta fuerza a mi hija que casi puedo sentir como va a desmayarse del simple miedo.

Sus lagrimas caen por sus mejillas hasta su cuello como si estas fueran una cascada. Pero no hace ni un solo sonido, puedo notar que muerde su labio para evitar sollozar.

-¡Alguien dígame que pasa!- exijo desesperada.

-Mátala- dice Vincent a mi espalda.

¿Qué?

Uno de los guardias jala su cabello hacia atrás y saca una daga de su bolsillo. Intento aproximarme a ella para evitarlo pero Vincent me sostiene por el estomago inmovilizando mis manos también. La daga va directo a su cuello y una vez que hace el corte; la sangre cae por este hasta empapar las mantas de Anette. Cuando el guardia suelta a Catherine ella cae junto a mi hija al suelo en un golpe seco.

Mi bebé comienza a llorar con fuerza. Sus gritos son horribles y la imagen del cuerpo sin vida de Catherine es peor. Ya ni siquiera sé a quien acercarme.

La única parte buena de escuchar su llanto es que puedo saber que está viva.

-¡¡NOO!!- intento liberarme para tomar a mi hija en brazos y asegurarme de que esté bien pero Vincent sigue reteniéndome-¡Suéltame! ¡Déjame verla!

-Cállala, siempre ha sido un estorbo.

-¡No, por favor!- ruego golpeando el estomago de Vincent con mi codo.

Me da un poco de ventaja para liberarme pero de inmediato termino siendo atrapada. Su mano fue directo a mi cabello jalándome de regreso a él. Al golpear mi espalda contra su pecho, rodea mi cuerpo con su brazo y con su mano libre que antes estaba en mi cabello cubre mi boca evitándome decir o gritarle algo.

El guardia se queda mirando a Anette en el suelo mientras llora y parece dudarlo.

-¡Por favor no!- grito pero nada es entendible.

-¡¡QUE LA MATES!!- grita Vincent.

El otro guardia asiente, se acerca a Anette y estar frente a ella saca una daga. No creí que con solo ver eso mis lagrimas ya comenzarían a caer sin parar, mis sollozos son apenas audibles a través de la mano de Vincent y creo que nunca había sentido esta impotencia antes. Va a morir por mi culpa y es solo una bebé.

El guardia mira hacia otro lado al momento en que mi hija comienza a llorar aún más y termina encajando la daga en su estomago.

-¡¡NO!!- grito sintiendo como todo mi cuerpo comienza a desmoronarse.

Mi garganta arde después de gritar así, mis huesos duelen, puedo escuchar los latidos de mi corazón justo en mis oídos, y toda la fuerza que mi cuerpo tenía parece haberse ido para no volver. De no ser porque Vincent está sosteniéndome, ya estaría derrumbada en el suelo llorando.

-¡¡Anette!!- sollozo.

Siento como Vincent va dejándome lentamente en el suelo. Ya ni siquiera grito, lo único que sale de mi es un montón de lagrimas, y de vez en cuando un quejido de dolor.

Supongo que es por mi corazón rompiéndose.

Comienzo a arrastrarme hasta el cuerpo sin vida de Anette, manchando mis manos y mi camisón de el gran charco de sangre que ha dejado la herida de Catherine.

Tomo a mi niña en brazos, me pongo de rodillas y la abrazo como si eso pudiera traerla de nuevo a la vida.

Dios, solo te pido que la lleves a un mejor lugar y cuides de ella. No merecía terminar así su vida. Mucho menos sabiendo que le hicieron esto para dañarme a mi.

Paso mi pulgar por sus mejillas sintiendo por ultima vez su suave piel, me acerco y dejo un beso en su frente para despedirme de ella.

-Quítensela- escucho la voz de Amaral- Tenemos que hacer esto antes del amanecer.

Uno de los guardias me la arrebata de los brazos pero ni siquiera me quejo. Ese solo es el cuerpo de quien solía ser mi hija, la verdadera ya no está. Su alma espero esté en un mejor lugar.

-Llévenla a la celda- dice Vincent esta vez.

Alguien toma mi brazo y me obliga a levantarme. Parece que no me queda energía siquiera para estar de pie. Pero como puedo lo hago, incluso camino hasta la celda sin poner resistencia y dejo que cierren el candado mientras yo solo miro sintiendo como mi garganta arde por no gritar, mi estomago duele por aguantar la respiración y en mi mente se proyecta la imagen de mi bebé y Catherine siendo asesinadas una y otra vez.

Los guardias se retiran y veo tres siluetas acercarse. Levanto mi rostro y veo a mi esposo, mi prima, y su consejero.

-¿Por qué hiciste eso?- pregunto con un hilo de voz- Si querías que abdicara lo hubiera hecho por Anette.

Tomo su camisa a través de las rejas y comienzo a sacudirlo con la mayor fuerza que me queda.

-¡Eres un monstruo!- sollozo-¡Te odio!

Vincent toma mis manos y me obliga a soltarlo torciendolas a tal punto que duele.

-De mi nadie va a burlarse. De no ser por el duque Byron jamás hubiera sabido que estuviste en una taberna del pueblo con un hombre, ¡¿quién era?!

Tenía la esperanza de que el hombre no me recordara. Me equivoqué, sabía que era arriesgado y aún así me dejé llevar por el momento de euforia.

-¡Te hice una pregunta!- me grita torciendo más mis manos.

-No lo sé- miento- Solo estaba en busca de algo más... placentero, aquí en la corte lo único que hay grande es tu ego.

Amaral parece querer reír, pero recobra la compostura de inmediato que Vincent me atrae contra las rejas haciendo que golpee con fuerza mi nariz y mi mejilla.

-Nadie se burla de mi.

Suelto una risa amarga-¿Qué crees? Ya lo hice.

-Te vas a pudrir en el infierno, Elissa.

-Vengo haciéndolo desde hace tiempo, creo que estoy acostumbrada- frunzo el ceño- En cambio tú, vas a caer desde la cima y no va a gustarte ni un poco.


*****
Nota de la autora:
Creo que ya no estaré actualizando por día, subiré todos los capítulos restantes ya

Perfecta creaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora