68. La unica y verdadera monarca.

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-¿No han sabido nada de Eva?- pregunto a Ruth.

Ella ha sido quien me ha ayudado más desde que ingresé a la textil. Aún así parece no querer acercarse mucho a mi, y no la culpo. ¿Hablar con la adultera que se ganó el corte de cabello? Que sea amable ya es mucho.

-Nada- niega acomodando su trenza-. Me resulta extraño en Eva, ni siquiera renunció antes.

Nuestro trabajo ya terminó, pero ambas tomamos un tiempo el mismo camino para llegar a casa. Al menos cuando llevo puesta mi capa y cubro mi cabello puedo estar con ella sin sentirme mal de que van a juzgarla a ella también.

Creí que volvería a casa... hasta que ambas escuchamos muchos gritos.

Ruth alza su rostro intentando ver a través de todas las personas.

-Es el rey-murmura.

Instintivamente acomodo mejor el gorro de mi capa para cubrir más mi rostro. Miro en dirección a donde está mirando Ruth y veo que a lo lejos en la plaza del pueblo está mucha gente reunida.

Entre ambas se comienza a entrometer gente a medida que avanzamos. Además ella parece querer acercarse más de lo que yo me permito. Me quedo cerca de donde estuve el día de la muerte de Edith ya que desde aquí no pueden verme.

No creo que se concentren mucho en mi ya que por lo que noto, los guardias están intentando controlar a los pueblerinos que están más al frente.

No hay nadie en cima de la tarima, pero veo tres personas abajo esperando por subir, dos de ellas con un saco en su cabeza y la otra es el verdugo. ¿Van a decapitarlos?

El bullicio es tan horrible que a penas logro escuchar lo que está diciendo Vincent. Veo su boca moverse y las personas cada vez se quejan y gritan más.

Vincent extiende su mano hacia las personas que están esperando con los sacos en sus cabezas.

Dos guardias toman sus brazos y los hacen subir sin importar sus tropiezos.

Quiero escuchar lo que dice, pero por más que intento concentrarme en su voz, no logro entender nada de lo que dice.

Los sacos son retirados de sus cabezas y por fin veo los rostros que tanto esperaba encontrar.

Eva y Joseph.

Ni siquiera se ven asustados. Pero Eva lleva marcas rojas en el cuello y en sus brazos, Joseph un moretón en el ojo y una cicatriz en su labio.

De pronto el aire comienza a faltarme de solo pensar en lo que deben haberles hecho para sacarles información. Lo que logro ver en sus rostros no es nada a comparación de lo que sé que pueden llegar a hacer en la corte para conseguir información.

Vincent dice algo más y sube otra persona, esta lleva solo un vestido interior blanco, pero su cabeza no está cubierta con el saco.

Incluso lleva una corona.

El rostro de mi madre está intacto, no lleva ni un solo rasguño, pero verla ahí me dolió como si la hubiera visto llena de sangre

El silencio es sepulcral. Nadie habla. Nadie grita.

Todos dejan de pelear al ver a mi madre.

Todos saben lo que sigue.

El verdugo sube a la tarima y todo parece volverse más lento.

Hay dos horcas. Los guardias acomodan a Joseph y a Eva con las sogas en el cuello y en sus respectivos lugares.

-Esto es lo que sucede cuando protegen a la asesina de mi pobre Anette- dice Vincent- A una adultera.

Perfecta creaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora