32

93 29 18
                                    

"Cuando desperté al día siguiente me encontraba en mi cama, lo cual me asustó todavía más, porque no tenía idea de cómo había llegado hasta allí. Ese fue el momento en que supe que debíamos escapar, así que corrí hasta la habitación de Leda, pero no la encontré. Celine me dijo que mi hermana y el Cazador se habían ido temprano en la mañana. Le conté todo lo que había visto aquella noche y me respondió que se sentía aliviada de que yo hubiera despertado. Cuando dijo aquello, comprendí que todo lo que había vivido ese último tiempo había sido una mentira. Pero ahora había podido correr el velo que se encontraba ante mis ojos. ¿Cómo podría alguna vez haberlo llamado "padre" y querido ser su preferida? Lo deseaba hasta el punto de armar un atrapa sueños y habérselo regalado a mi hermana, con el fin oculto de intentar frenar sus sueños y que Levi pusiera su atención en mí. Me sentía asqueada. Celine me vio tan desesperada, que me confesó que ellas también habían contemplado un plan de escape. Pero antes de contarme los detalles, me advirtió que si íbamos a unirnos a ellas, debíamos ser extremadamente cuidadosas, nadie debía sospechar. Por lo que traté de actuar con naturalidad y ser paciente hasta que llegara el momento.
A medida que transcurría el tiempo supe que había perdido mis días de libertad, Yuri parecía seguirme constantemente, y cuando le pregunté el porqué, me dijo que "era por mi seguridad". Solo podía sentarme en la biblioteca y leer, buscando algo que pudiera ayudarme. Pasé toda la tarde aprendiendo sobre las plantas, mi madre sabía mucho sobre ellas y siempre decía que nos daban todo lo que necesitáramos, y yo necesitaba encontrar una distracción. Leda y el Cazador regresaron por la noche. Pude ver la mirada de mi hermana cuando atravesó la puerta, estaba como fuera de sí, y por un momento creí que no me reconocía. Levi la envió a su habitación a descansar y me dejó muy en claro en que no la molestara. Aquella noche, durante la cena, Leda no se sentó a mi lado al final de la mesa, sino que se ubicó a la derecha de Levi. Y aquello no era lo único distinto, ahora mi hermana llevaba el collar de mi madre, solo que extrañamente tenía una pequeña franja clara que me recordó a la luna menguante. Debía encontrar la oportunidad para hablar con ella a solas, pero primero necesitaba arreglármelas para pasar la cena.
Babette trajo el plato preferido de Levi, sarmale con un poco de vino tinto, y lo depositó en la mesa decorada excesivamente, como si fuese una ocasión especial. Habían sacado la vajilla más cara y llenado el lugar de violas odoratas, las flores que amaba mi madre. Mi hermana ahora formaba parte de la Manada, era una de ellos. Toda aquella pompa era en su honor, sin embargo, Levi se las ingenió para trasladar la atención hacia sí mismo. Aquello me hizo pensar en lo ególatra que era, en su cara de regocijo cuando las personas besaban su anillo, se sentía poderoso, casi un Dios. No presté demasiada atención a la conversación aquella noche, Ionel parecía entusiasmado de presentarle una persona a Levi, y por lo general, cuando estaba borracho era bastante insistente, así que no paró de hablar de su "nuevo amigo" hasta que el Cazador accedió a que lo invitara a la inauguración de su nuevo rifle. Mis ojos constantemente se dirigían a Leda, que parecía un fantasma. Noté que casi no movía su brazo izquierdo, que era donde la bestia la había mordido. Recordé aquella sensación y me toqué el hombro, cerca de la clavícula. Luego del postre, nos enviaron a mí y a los hermanos Stoian, Karl y Mihai fuera de la habitación. Mihai comenzó a tocar el piano, mientras nosotros dos nos sentamos en el sillón. A decir verdad, yo no confiaba en ninguno de ellos. El mayor, Mihai, era callado y muy culto en cuanto a historia, con ello camuflaba su inadecuada obsesión por la milicia nazi. Era bastante perfeccionista e intolerante a los errores, lo que sus padres consideraban como buenos atributos, pero, en cambio, siempre traía problemas a los criados a quienes humillaba si se atrevían a ubicar mal sus cosas. Su hermano menor, Karl, era aún peor. Se escudaba detrás de una máscara amigable y divertida que obviamente era una fachada, le gustaba ocasionar disturbios y disfrutaba de utilizar a las personas para su propia diversión. Recuerdo que una vez me dijo que los humanos eran simplemente estúpidas ratas de laboratorio y que realmente no importaba si vivían o morían. Si bien nunca lo vi lastimar a nadie, una tarde lo encontré donde manteníamos atados a los sabuesos, sosteniendo un hueso con restos de carne sobre sus narices. Él se reía mientras veía cómo los animales se peleaban entre ellos para intentar alcanzarlo.
Mientras estábamos en la sala, Karl trataba de molestarme diciéndome que yo era la gemela tonta. Supuse que estaba enojado porque solían tratarlo como a un omega dentro de la manada, lo que significaba el eslabón más bajo. Intenté no prestarle atención, ya que sabía que solamente estábamos juntos en la sala porque a Levi no le gustaba que deambulara sola demasiado tiempo. Karl parecía divertido cuando se acercó a mi lado y me preguntó "Si la pequeña Alicia había ingresado a la madriguera del conejo". Yo me negué, fingiendo haberme quedado dormida, por lo que me miró con una extraña sonrisa y dijo: "No te preocupes, podrás verlo cuando sea tu turno". Sus palabras continuaron atormentándome toda la noche. Nunca sabía cuándo Karl estaba mintiendo, pero no estaría allí para averiguarlo. Me escabullí silenciosamente a la habitación de Leda, que estaba sentada en la cama admirando el collar de mamá en la oscuridad. Inmediatamente la abracé, pero ella no me devolvió el abrazo, simplemente me susurró: "Sé que estuviste ahí". Me miró y pude notar la culpa que la carcomía en su interior. Le dije que nada de lo que hubiese hecho importaba, y aunque la acunaba entre mis brazos, ella solo repetía que lo sentía. Cuando pude calmarla, me confesó que había tenido uno de sus sueños y que ahora sabía por qué Levi nos había llevado allí. En aquella época intentaba encontrar la manera de traer de vuelta al Lobo a nuestro mundo. Aquel había sido el pacto que habían hecho cuando el Cazador entró a casa por primera vez. No sabía realmente cómo, pero dijo que Levi conocía la existencia de aquel ser oscuro, incluso antes de conocer a Henri. Yo no entendía de qué estaba hablando, el Lobo ya se encontraba en nuestro mundo, y nada menos que caminando con el cuerpo de nuestro padre. Pero ella negó con la cabeza y me dijo que solo había tomado control de su cuerpo por un breve período de tiempo. Había visto a nuestro padre en su sueño, al verdadero Henri, tan desesperado por la culpa de comer carne humana que había decidido suicidarse. Y en el momento en que murió, fue cuando la Oscuridad tomó posesión de su cuerpo. "Siempre lo supimos, en el fondo, papá nunca volvió de esa isla". Yo no lograba salir de mi asombro y, al parecer, tampoco podía articular las palabras, ya que mi respuesta salió atropelladamente: "Entonces... ¿Significa que El Lobo aún no ha reencarnado?". Ella me miró y asintió con la cabeza, finalmente lo estaba entendiendo. Señaló su collar y luego me dijo que estaba volviendo a aclararse, como cuando nuestra madre lo llevaba en su cuello. Creía que eso significaba que el Lobo estaba perdiendo su poder, y que el tiempo en que podía usar un cuerpo robado, se estaba acabando. "Él debe reencarnar, pero para eso hay reglas. El Lobo no las ha cumplido y es por eso que se convertirá en cenizas", reveló sombría. Era por esa razón que él no parecía ni humano ni bestia, poco a poco se estaba convirtiendo en un cuerpo decadente, ya que había usurpado un cadáver. Entonces fue cuando lo comprendí. Había pasado mil y una noches admirando la Luna, preguntándome dónde podría estar el Lobo Blanco y recordando las palabras de mi madre: "Dos se volverían uno, o no serían nada". Ella decía que la Luna y la Oscuridad eran dos lados de la misma moneda, por lo que la noche en que caminaran por nuestro mundo, lo harían juntas. Esa era la razón por la que el paradero del gran Lobo Blanco seguía siendo tan misterioso como el aura de la Luna, él no había reencarnado aún porque realmente ninguno de los dos lo había hecho, solo que la Oscuridad había encontrado una manera de volver a nuestro plano "haciendo trampa". "Aunque el Lobo esté muriendo, debemos cuidarnos, ya que buscará la forma de regresar. Y esta vez no se conformará tan solo con un recipiente, querrá una vida", me advirtió mi hermana. "Levi le había prometido hacerlo, pero ahora lo mantiene encadenado", indicó. El Cazador parecía haberse dado cuenta que podía tenerlo controlado, y decidió olvidar su pacto sobre traerlo de regreso. Le había quitado el collar, produciendo así que la degradación de su cuerpo fuera más rápida. Ahora solo lo utilizaba para exhibirlo ante sus adeptos, "Los hijos de la noche", como Leda los llamaba. Era el séquito que seguía a Levi, quienes lo hacían sentir que podría vencer al mismo diablo, para luego convertirse él mismo en Dios. Su arrogancia y sus delirios de grandeza habían ido demasiado lejos, pero quizá gracias a ello, ambas podríamos tener la oportunidad de escapar..."

El Lobo está viniendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora