Bonnie seguía una sombra negra que se deslizaba veloz por el bosque, mientras corría, las ramas arañaban su rostro cuan manos espectrales que querían atraparla. En ese momento, la sombra se detuvo, y la pequeña se encontró frente a una gran y vieja construcción.
Había estado persiguiendo a Gemma, pero el animal era tan rápido, que cuando se lanzó hacia el interior del matadero, no pudo detenerla. Había creído que tal vez, si olfateaba algo con el aroma de Lulú, ella podría encontrarla. Al igual que pasaba en las películas. Por lo que le había acercado a la nariz la pelotita con la que solía jugar y que todavía llevaba en la mochila.
Para su sorpresa, ella la había llevado hasta allí, tal como lo había visto en su sueño.
Miró dubitativa la monstruosa construcción.
Aquel lugar le daba miedo, pero aun así, caminó hasta la entrada y atravesó la puerta semiabierta.
El interior estaba oscuro como la boca de un lobo.
—¿Gemma...?
Podía escuchar sus patas moverse, o tal vez fueran ratas.
Ahogó un grito cuando algo le tocó la pierna.
—¡Gemma!
El animal pasó a su lado rápidamente y luego dobló por uno de los pasillos.
Parecía estar buscando algo.
—¡Hey! ¡Vuelve!
Tenía miedo de estar sola, pero aun así, se armó de coraje y se adentró en la oscuridad a buscarla. Siguió al animal escaleras abajo, a una especie de sótano húmedo y destartalado.
Gemma ladró dos veces y descubrió que miraba en dirección al mueble cercano a la pared. Apuntó el haz de luz y encontró lo que parecía ser un agujero tras él.
Movió el mueble y descubrió una abertura de la mitad de su tamaño.
—¿Lulú...? — preguntó alumbrando su interior.
En su sueño Lulú ladraba desde el interior del matadero, así que debía estar por allí en algún lado. Se agachó y vislumbró una puerta de madera en su interior.
Gemma pasó por la abertura y comenzó a rasquetearla.
Había algo allí debajo, aunque no estaba segura de que fuese su perra.
Se arrastró de rodillas hasta llegar a la puerta e intentó quitar su candado. Casi se da por vencida hasta que descubrió un juego de llaves colgada sobre la pared.
Lo tomó y luego metió una de las dos llaves en la cerradura.
Se oyó un clic....
Ray estacionó la patrulla dentro de un galpón ubicado tras la enorme mansión de las rosas.
Luego de amordazar al oficial Martínez, se bajó del auto y abrió la puerta trasera mientras les apuntaba con su arma.
Hizo que dejaran sus móviles y tomó de la larga mesa, una serie de precintos.
—Pónselo —le ordenó a Lonnie—. Y más vale que esté apretado.
Ella lo miró con odio y luego comenzó a pasar el precinto sobre las muñecas de Rachel.
—No. Las manos en la espalda —indicó Ray.
Cuando hubo terminado con las tres, su padre habló.
—Es tu turno. Si intentas algo raro...
El hombre dejó el arma sobre la mesa e inmovilizó fuertemente a Lonnie. Los ojos de Rachel se posaron en el arma, pero Vynx la desalentó negando con la cabeza.
Verificó que las demás ligaduras estuviesen firmemente ajustadas y luego les ordenó:
—Andando.
Ninguna hablaba.
Rachel se sintió como un animal que iba camino a ser sacrificado.
Y para su propia ironía, él las llevó al matadero.
Entraron a una gran construcción casi completamente destruida. Él iba detrás, apuntando con su linterna mientras las jóvenes subían las escaleras del segundo piso. Caminaron por un oscuro y deteriorado pasillo, lleno de grandes ventanales rotos; pedazos de metales oxidados y vidrios se encontraban regados por todo el lugar.
Lonnie tropezó y se cayó hacia el costado.
—¡Mierda!
—¿Estás bien? — le preguntó Rachel.
—Estás sangrando... — indicó Vynx.
Había algunas gotas de sangre en el piso.
—Levántate —ordenó Ray apuntándole con el arma.
Ella se reincorporó despacio y siguieron caminando unos cuantos metros más.
Aquel lugar estaba lleno de habitaciones y pasillos, parecía un laberinto.
—Entren aquí —les indicó sosteniendo abierta una puerta.
Ingresaron a una habitación vacía y completamente oscura, Ray dio un portazo, y luego oyeron sus pesados pasos alejándose por el corredor.
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El Lobo está viniendo
Mystery / ThrillerSaga "El Lobo" Libro 1 "El Lobo está viniendo" La fina línea que separa la realidad de la fantasía se vuelve borrosa cuando Rachel, una chica de diecisiete años, comienza a convencerse cada vez más de que su hermano pequeño morirá antes de su próxim...